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Hallan la pareja de cuásares fusionados que revela secretos de los primeros días del universo

“La existencia de cuásares en fusión en la Época de Reionización se ha anticipado durante mucho tiempo. Ahora se ha confirmado por primera vez”, expresó uno de los expertos que participó del descubrimiento.

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18/06/2024 - 00:00hs

Un equipo de astrónomos ha descubierto una pareja de cuásares en proceso de fusión tan sólo 900 millones de años después del Big Bang.

El gran hallazgo, cuyos detalles se publicaron en un artículo de la revista The Astrophysical Journal Letters, se ha llevado a cabo con los datos de los observatorios internacionales Gemini y Subaru.

Tras el Big Bang, el Universo ha estado en expansión, lo que significa que el Universo primitivo era considerablemente más pequeño y que las galaxias que se formaron al principio tenían más probabilidades de interactuar y fusionarse.

Las fusiones de galaxias impulsaron la formación de cuásares, núcleos galácticos extremadamente luminosos en los que el gas y el polvo que caen en un agujero negro supermasivo central emiten enormes cantidades de luz.

Es por esto que los astrónomos esperaban encontrar numerosos pares de cuásares muy próximos entre sí a medida que sus galaxias anfitrionas se fusionaban. Sin embargo, no han encontrado ninguno, hasta ahora.

En la época de la Reionización (que tuvo lugar dentro del Amanecer Cósmico, aproximadamente 400 millones de años después del Big Bang) se han descubierto unos 300 cuásares, pero ninguno de ellos ha sido encontrado en pareja. La Época de la Reionización conecta la formación más temprana de la estructura cósmica con el complejo Universo que observamos miles de millones de años después.

El descubrimiento fue “pura casualidad”, sostuvo Yoshiki Matsuoka, astrónomo de la Universidad de Ehime (Japón) y autor principal del artículo. Sucedió mientras revisaba imágenes de candidatos a cuásar tomadas con la Hyper Suprime-Cam del telescopio Subaru.

“Lo que aprendimos de las observaciones fue que los cuásares son demasiado débiles para detectarlos en el infrarrojo cercano, incluso con uno de los mayores telescopios de la Tierra”, explicó Matsuoka.

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