Ingresaron a una vivienda de City Bell y se robaron dos costosas bicicletas
Fue en 480 y 24 mientras la dueña del lugar dormía junto a su pareja, y en cuestión de minutos se alzaron con los rodados, dándose posteriormente a la fuga.
En el barrio Las Cerámicas, ubicado en la zona de 409 y 137, los vecinos denuncian a un estafador que les vendió tierras por 200.000 pesos. En tanto, otro grupo impidió el desalojo de un comedor comunitario en 70 y 138.
06/10/2020 - 00:00hs
En dos puntas de la ciudad con el mismo problema: en el año de la pandemia, la disputa de tierras quedará marcada a fuego entre grupos de vecinos de La Plata.
En el Norte de La Plata, durante el fin de semana, Pamela, una vecina estafada por comprar un terreno a 200.000 pesos en la zona de la reconocida fábrica de cerámicas, citó a varias personas y cortó la calle 409 a la altura de 137.
En esta zona de la ciudad los vecinos están denunciando a un exempleado de la fábrica de cerámicas que decidió vender las tierras. Sin embargo, con el paso del tiempo, se constató en el Instituto de la Vivienda que sobre las tierras de 136 y 137 desde 409 hasta 408 pesa un pedido de devolución de los herederos de la fábrica de cerámicas.
“Cuando le fuimos a reclamar sacó un cuchillo y nos mandó a dos patovicas de él para sacarnos del lugar. Ahora vamos a cortar el Camino Belgrano y 409”, expresó otro de los vecinos estafados.
En la otra punta de La Plata, en la parte Sur, los responsables del comedor “Mensajeros del Trabajo” que funciona en una parcela de tierras, en la calle 70 entre 138 y 139, resistieron una orden de desalojo en el lugar.
Jorge Luna, explicó que las tierras “fueron entregadas por el Estado en el año 91, cuando el intendente de La Plata era Julio César Alak. La Municipalidad nos dio este lugar para que nosotros hagamos distintas actividades como equinoterapia, o le demos de comer a más de 300 chicos. Pero hoy vino una orden de desalojo firmada por el intendente Garro y nos dicen que tenemos que dejar el lugar por una obra”, comentó Jorge Luna.
A todos los une el desamparo, la sensación de estafa y, por sobre todas las cosas, la anarquía, porque siempre terminan defendiendo con los pies sobre la tierra sus lugares con sus propias manos en enfrentamientos cuerpo a cuerpo.