Advierten un gran aumento de las ciberamenazas en cuarentena
Los usuarios suelen enfrentarse a diario con el peligro de ser víctimas de delitos informáticos. Expertos explican cómo prevenir caer en la trampa.
Yolanda y Jorge Antonio Vilchez llevan 106 días en Chiclayo, a la espera de poder volver a la ciudad de La Plata para reencontrarse con sus cuatro hijos. La situación es angustiante y piden ayuda.
10/07/2020 - 00:00hs
Los vecinos platenses, Yolanda y Jorge Antonio Vilchez, partieron el 9 de marzo a la ciudad de Chiclayo para festejar un cumpleaños. El 26 de ese mismo mes debían volver, pero los cielos de Argentina y Perú se cerraron por la pandemia de coronavirus y lo que iba a ser un viaje de placer se convirtió en una gran pesadilla.
Jorge Antonio vive hace 48 años en el país. Es médico clínico, recibido en la Universidad Nacional de La Plata, y reside dentro del casco urbano, junto a su esposa y a tres de sus cuatro hijos, de 21, 23 y 32 años.
“Tomamos un vuelo a Perú para visitar a mi madre que cumplió 94. Los primeros días de marzo paseamos sin saber lo que sucedería. A mediados de mes, se decretó una cuarentena muy severa con el ejército en la calle y toque de queda”, contó Jorge Antonio a diario Hoy.
La pareja quedó varada en la ciudad homónima de la provincia de Chiclayo, al noroeste peruano, en el departamento de Lambayeque. En la zona en la que están permanecen encerrados, no solo por el coronavirus sino por el dengue y una enfermedad endémica, que es la fiebre tifoidea.
“Estamos viviendo en la casa de mi madre con la ayuda de mis hermanos, porque esto se fue complicando cada vez más. Al no poder regresar, no estoy generando ningún ingreso y soy el único sostén de la familia. De los tres chicos que viven con nosotros, dos estudian y no trabajan. Y la tercera, diseñadora en Comunicación Visual, está desocupada. Así que con unos ahorros que teníamos se mantuvieron en este tiempo, pero ya no les alcanza, los recursos se agotaron. Necesitamos volver urgente para socorrerlos, porque no sabemos qué va a ser de ellos si esto se prolonga”, expresó Jorge Antonio.
La Embajada de Argentina en el país vecino y la Cancillería de la República de Perú coordinan las acciones para regresar a los varados al país. Los vuelos se organizan en base a un criterio de vulnerabilidad de los argentinos, ya sean nativos o residentes. Sin embargo, no hay exactitud en el proceso y Vilchez se refirió a esta cuestión: “Yolanda tiene una cardiopatía y ya enviamos todos los estudios en tiempo y forma, pero aún no nos vamos. No sabemos por qué”.
“Creemos que la Embajada y Cancillería están haciendo todo lo posible. Sabemos que la sede argentina ha trabajado a destajo y ha tenido una función muy importante porque sacaron a mucha gente de aquí, pero a no-sotros todavía no nos tocó.
ientras tanto, la compañía Latam nos dejó tirados y expuestos. No cumplieron con el contrato y somos 300 personas esperando una respuesta. Aunque la empresa entró en convocatoria de acreedores, sigue operando. Es realmente una falta de respeto”, afirmó Jorge Antonio.
Por su parte, Yolanda compartió la angustia de su esposo y agregó: “Extrañamos mucho a nuestros hijos, amigos, y a nuestro lugar. Si bien estamos acá en el Perú rodeados de afectos, no dejamos de extrañar nuestra patria. Nosotros somos peruanos y estamos muy orgullosos de serlo, pero nuestra patria adoptiva, que es a donde queremos estar, es la Argentina”.
Una esperanza
Al momento, se estima que hay 1.765 varados en Perú entre nativos y residentes. Aproximadamente, cuatro mil serían los que ya pudieron volver.
Entre ellos se encuentra Jorge Loureiro, un habitante del barrio porteño de Flores. Él fue quien coordinó uno de los grupos de WhatsApp de argentinos en Perú y regresó para encontrarse con su esposa y su hijo.
“Seguimos trabajando para presentarle al ministro Solá un listado para que considere a esta gente y se haga un esfuerzo más. La Embajada comete el error de suponer que, por tener nacionalidad peruana, podés sostenerte allá”, explicó Loureiro.
Este 24 de julio habrá un vuelo comercial de JetSmart Perú a 350 dólares. “No-sotros nos inscribimos y si quedáramos seleccionados, haríamos un esfuerzo para pagarlo, pero todavía ni siquiera lo sabemos”, informó Vilchez.
Más allá del crítico presente, los lazos se afianzaron con desconocidos que atraviesan la misma situación y mientras los Vilchez esperan el reencuentro con sus hijos, junto a Loureiro y a otros miembros del grupo de WhatsApp, además de coordinar el regreso, planean formar una ONG para ayudar a la gente.