En los barrios de La Plata se festejó “la patria solidaria”

No fue un 9 de julio más en la región. La pandemia y las medidas de aislamiento llevaron a reemplazar el chocolate caliente que repartían los soldados del Ejército por las viandas de comida que se entregan en los comedores y merenderos.

Según un recuento realizado en los últimos dos meses, se calcula que hay más de 500 ollas populares registradas o informales en diferentes barrios de La Plata. Allí comen entre dos y cinco veces por semanas miles de vecinos que no están registrados dentro del empleo formal, y por las medidas de aislamiento hace tres meses que no pueden salir a trabajar con regularidad.

No se trata solo de chicos de barrios humildes. También lo hacen profesionales o personas con un alto nivel de estudios que están sin trabajo de forma temporal por la pandemia y recurren a los comedores para evitar tener que
gastar lo poco que les queda de dinero en comprar alimentos.
El fenómeno creció durante los tres meses de la cuarentena, y ayer tuvo como denominador común la fiesta patria, en la que sobresalieron las porciones de locro gratis en algunos clubes o casas particulares a donde acuden los vecinos.

Esto fue lo que ocurrió en algunas instituciones de la zona Sur de La Plata y de Altos de San Lorenzo. En este barrio funciona el merendero Cruzando Caminos, que tiene como responsable a Alexis Serna, un árbitro de la Liga Platense que trabaja en control ciudadano y por la tarde se dedica a preparar meriendas.

“Los martes y jueves tenemos el merendero y les damos la leche a los chicos de la zona de 29 y 78”, comentó.
Este lugar está a metros de la casa en donde creció Lucas Pratto, el actual jugador de River, quien donó una camiseta para rifar.
“La rifa tiene un valor de 200 pesos y el sorteo se va a realizar a través de un Instagram en vivo el 22 de julio. El que quiera comprar una rifa se puede comunicar al 221 319 3049, o bien por mi Facebook personal que tiene mi nombre”, comentó Alexis.

En este merendero se van a sortear camisetas de jugadores de fútbol, con la finalidad de seguir recaudando fondos para alimentar a los más chicos del barrio.

También en la zona sur de La Plata, pero en 88 entre 19 y 20, Lilian confirma orgullosa que tiene un merendero por su vocación de cocinar desde 1987.

“Lo tengo porque me gusta y les quiero cocinar a los vecinos”, explicó al costado de una enorme mesada de mármol en un apartado de su casa de Altos de San Lo­renzo la mujer de 54 años quien cocina en la zona desde hace 33 años.

A todos ellos los invade la vocación solidaria y la cocina. Ayuda y comida en tiempos de incertidumbre para contener a una gran parte de la sociedad que en las afueras de la ciudad sobrelleva como puede el frío, la falta de luz y, muchas veces, la escasez de dinero por la cuarentena.