La diligencia, la obra de John Ford que consagró a John Wayne

El 15 de febrero de 1939 se estrenó en Los Ángeles el western más famoso de la historia y el que más ha influido en el género: La diligencia, película que consagró a John Wayne como arquetipo del héroe del oeste.

Esta joya de la filmografía mundial, paradigma de las formas clásicas del cine norteamericano, mostró al salvaje oeste en todo su esplendor. La iluminación, los encuadres en las escenas, los contraluces y el dramatismo de las escenas la hacen única.

John Wayne da vida a Ringo Kid, un forajido de buen corazón que busca venganza por el asesinato de su padre y su hermano. Fue el modelo por excelencia del vaquero-pistolero, hombre duro, pero también solidario y protector. Un héroe que llenaba pantalla y que era adorado por el público.

Para los amantes del western, esta historia lo tiene todo. En La diligencia hay bandidos, nativos indios y ciudadanos americanos, exacerbando el choque de culturas y el peligro de sobrevivir en un lugar tan hostil e inhóspito como el oeste. El filme revitalizó un género cinematográfico que parecía haber llegado a su ocaso.

John Ford nos presenta a una sociedad estadounidense fragmentada y plagada de prejuicios y en donde en gran parte predomina el individualismo. La obra maestra muestra la identidad norteamericana de esos años a través de un viaje lleno de peligros en el que el trayecto físico se entrelaza con otro moral.

La historia tiene sus raíces más profundas en la Francia ocupada por el ejército prusiano del cuento Bola de sebo, escrito en 1890 por Guy de Maupassant y publicado por vez primera en un libro colectivo Les sotrées de médam, editado por Zola.

Con este filme, Ford sentó las bases y tradicionalismos que caracterizarían al género. La diligencia consiguió dos Oscar en 1939, relativos a la mejor música original y al mejor actor secundario, Thomas Mitchell. Además, fue considerada “cultural, histórica y estéticamente significativa” por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos.