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La lluvia provocó numerosas complicaciones en la región
La tormenta que azotó el Gran La Plata generó desbordes de arroyos, anegamientos de calles, inundaciones en hogares, caídas de árboles y postes de luz. Lisandro Olmos y Villa Garibaldi, entre las zonas más afectadas
Como suele suceder en la ciudad ante cada lluvia fuerte, las intensas precipitaciones que desde la madrugada de ayer afectaron la región provocaron múltiples complicaciones. En numerosos barrios se sufrió el anegamiento de calles y la inundación de viviendas. Además, se registraron caídas de árboles y postes de luz.
Villa Garibaldi, por caso, quedó anegada casi en su totalidad. De igual modo sufrieron el temporal los habitantes de Abasto y en las zonas rurales de Lisandro Olmos se formaron varias lagunas. Además, como es costumbre, los vecinos de Parque Sicardi quedaron varados y se registraron inconvenientes en La Granja, El Pato, Altos de San Lorenzo, El Palihue, Villa Castells, Los Hornos y La Hermosura.
Esta situación se produjo principalmente a raíz del desborde de los arroyos aledaños: la crecida de un brazo del arroyo El Gato en Olmos, según expresaron los vecinos, provocó que ni siquiera los caballos pudieran circular por la zona, debido a que resbalaban y caían en el lodazal en que se habían convertido las calles. En San Carlos, por su parte, el desmadre del arroyo Pérez generó inundaciones en casas contiguas. También se registraron crecidas en las aguas del arroyo Regimiento.
Las precipitaciones más intensas se registraron entre las 4 y las 6 de ayer. Afortunadamente, el horario en que se dio el pico máximo de la tormenta facilitó el drenaje. No obstante, en algunos puntos de la ciudad el agua no bajó hasta entrada la noche.
Según expresó ante este medio el director de Hidrometeorología de la Municipalidad de La Plata, Mauricio Saldívar, entre la noche del sábado y la jornada de ayer cayeron en la ciudad “entre 40 y 60 milímetros de lluvia, dependiendo de las zonas, con ráfagas de viento de no más de 50 km/h”.
El drama de inundarse cada vez que llueve
Esta cantidad de agua caída alcanzó para que en cercanías al Cementerio local, en la zona de 74 y 140, muchas viviendas quedaran inundadas casi en medio metro, producto del desborde de un zanjón. El mismo panorama sufrieron los vecinos de 143 y 46, 143 entre 526 y 528, y 17 y 78 bis.
Con 40 centímetros de agua queriendo entrar en su hogar, Juan Aguirre, vecino de calle 73 y 140, dijo ante este medio: “Esto pasa cada vez que llueve mucho, es un desastre. Aunque nos preparamos poniendo bolsas en la entrada, no podemos evitar que el agua ingrese y que nos arruine todo. Estamos acostumbrados a perder cosas, siempre con humedad. Las zanjas no tienen mantenimiento, se desbordan y por eso pasa lo que pasa”.
Por su parte, María Gómez, otra vecina de la zona, no pudo impedir que en su finca ingresaran 30 centímetros de agua. Indignada por la situación, expresó: “Me da impotencia. No puedo comprar nada, tengo todo hecho un desastre. Cada vez que llueve se nos inunda la casa y se nos arruinan las cosas. Ahora nos queda sacar el agua a baldazos y esperar que se sequen las cosas”.
Cruzar la calle, una odisea
El temporal también dejó incontables calles e intersecciones anegadas, entre las que se destacaron 25 y 89, 81 entre 21 y 22, Camino Centenario, 6 y 501, 508 entre 9 y 10, y 32 y 150. En 526 y 143, el fuerte caudal hizo colapsar los desagües pluviales, generando un géiser natural que inundó la zona. Esta misma situación ya había ocurrido en esa esquina de La Granja dos semanas atrás.
“Esto es un desastre, el agua sale de abajo del asfalto. Se llena, se generan erupciones y nadie viene a dar soluciones. Es muy incómodo, no se puede cruzar de un lado para otro. Así no se puede vivir, este problema tiene más de un año”, se quejó un comerciante de calle 143 y 527.
En 508 entre 7 y 8, en Villa Castells, la calle también quedó totalmente anegada hasta horas de la tarde. Los zanjones de la zona se vieron desbordados y el paso de los autos provocó un oleaje que hizo que el agua ingresara en los domicilios. Emma Garro, vecina de la zona, expresó: “Las zanjas están todas tapadas. Hablamos con los delegados del barrio y es lo mismo que nada”.
Diversos inconvenientes
Si bien es cierto que el temporal no trajo fuertes ráfagas de viento, ayer se registraron caídas de postes de electricidad en 156, entre 531 y 32, y en 139 y 44, lo cual generó cortes de luz en varias zonas de la región. También hubo chispazos en columnas de 529 entre 137 y 138, 15 bis y 489, y 138 entre 528 y 529. Además, un árbol cayó sobre cables en 45 y 145, lo que ameritó el trabajo de Defensa Civil La Plata.
Otro de los inconvenientes generados por la copiosa lluvia fue la interrupción del servicio de trenes de la línea General Roca, que une City Bell con Constitución. Al igual que hace dos semanas, una rama caída entre las estaciones de Pereyra y Hudson provocó que, hasta pasado el mediodía, la frecuencia se viera afectada.
Por su parte, en Ensenada y Berisso el temporal también afectó, pero sin dejar grandes secuelas. Según explicaron desde ambos municipios, el buen drenaje de las calles permitió que no se haya debido evacuar a los vecinos y que no se produjeran anegamientos considerables.
Según se informó desde la Dirección de Hidrometeorología de la Municipalidad de La Plata, se espera que el tiempo mejore en la jornada de hoy. “Vamos a tener precipitaciones débiles, con algunas ráfagas de viento en aumento, que pueden llegar a los 50 km por hora”, concluyeron desde el área.
Incendio en sede del Comedor Universitario
Anoche, un incendio en la sede Atulp del Comedor Universitario causó alarma en las inmediaciones de 44, entre 9 y 10. El siniestro, que se desencadenó pasadas las 22.30, rápidamente fue controlado por una dotación de bomberos local. Al parecer, el foco ígneo se dio a raíz de un cortocircuito en uno de los dispensers del lugar. Al cierre de esta edición, fuentes de la UNLP no podían precisar el alcance de los daños. No se reportaron heridos