La presencia online desde la infancia: un fenómeno que puede afectar a los chicos

La necesidad de estar conectados virtualmente aumentó en tiempos de pandemia. Esto generó que cada vez más niños y niñas sean expuestos en las redes por sus padres, en una práctica conocida como sharenting. Los peligros a tener en cuenta para no perjudicarlos.

Interés General

15/09/2020 - 00:00hs

En tiempos de pandemia, la conectividad se multiplicó y la privacidad de los chicos se vio afectada por los adultos que los exponen permanentemente, en una práctica conocida como sharenting. El término es un anglicismo que proviene de la fusión de los términos share (compartir) y parenting (paternidad/crianza), y se define como la práctica de los padres que regularmente utilizan las redes sociales para publicar y comunicar información detallada sobre sus hijos.

“La gente comparte cada vez más contenido y muchas veces los padres no tienen en cuenta la privacidad de los chicos, ni cómo el día de mañana esa información en formato multimedial los puede llegar a afectar, ya sea en el trabajo o en la vida. Hay que tener presente que lo que se publica en Internet queda allí para siempre”, indicó la médica que preside la Subcomisión de Tecnologías de Información y. Comunicación de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), Paula Otero.

Una encuesta elaborada por la firma de seguridad informática AVG en 10 países recoge que el 23% de los niños tiene presencia online incluso antes de nacer, porque sus progenitores publican imágenes de las ecografías. Tras el nacimiento de los bebés, la cifra se dispara y muestra que un 81% está en Internet antes de cumplir los seis meses de vida.

Otero cree que hay un descuido en la privacidad personal que se traslada a la falta de cuidado sobre los chicos. “En general, siempre está la intención de compartir algo lindo, algo de lo que uno está orgulloso. Aunque no se puede tapar el sol con las manos en el tema de redes, sí hay que empezar a tomar conciencia sobre qué se puede compartir, qué no se debe compartir y qué se tiene que dejar para el ám­bito privado”, advirtió.

Consultada sobre cuáles contenidos po­drían poner en peligro a los chicos o perjudicarlos, la referente de la SAP explicó: “Todo lo que se publica es información y todo es
peligroso dependiendo de quién sea el que esté del otro lado. Una foto de una nena con un vestidito hermoso no representa un peligro, y, sin embargo, en manos de un pedófilo, sí”.

“No se debe compartir nada que exponga desnudez o ridículo, porque no sabemos cómo esa imagen puede dañar al niño en el futuro. Una frase que siempre resume cómo manejarse ante estas situaciones es que no se debe compartir en línea lo que no se compartiría públicamente”, sintetizó Otero.

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