La saga de los Cibrián

En 1936 había comenzado la Guerra Civil Española, con el intento de golpe de estado de los generales Francisco Franco y Emilio Mola. España estaba a las puertas del conflicto más sangriento de toda su historia. Benito Cibrián se había iniciado muy joven en el Teatro de Madrid, en 1905, junto a Enrique Arellano y Ángela Tesada. Tras la boda con Josefina Meliá montaron su propia compañía dramática con la que recorrieron toda España: la Compañía de Comedias Meliá-Cibrián. Benito Cibrián y su mujer Pepita Meliá llevaban más de 20 años de profesión exitosa. Los acompañaban el reconocimiento y la popularidad. Benito adhirió de inmediato a la lucha republicana y escribió piezas provocadoras, de combate, que se estrenaban en los sindicatos. Colaboraban en todos los festivales que se organizaban en favor del Socorro Rojo. La Compañía cambió el nombre a Comedias del Frente Popular.

La Compañía de Comedias Meliá-Cibriánuvo un largo momento de éxito antes de que estalle el conflicto político español. Cuando los republicanos estaban a punto de ser vencidos, Benito Cibrián decidió partir al exilio. Primero se dirigió a Francia, luego sería a México. En tierras aztecas compartió cartel con auténticas estrellas de la época: María Félix, Leticia Palma y Amanda Ledesma.

Con el triunfo del franquismo, Benito Cibrián fue condenado a muerte en España, en ausencia. El motivo fue que se consideró subversiva su obra El paraíso antifascista. Se enteraron de la sentencia estando ya en Buenos Aires, donde habían llegado en búsqueda de suerte y finalmente decidieron quedarse hasta sus últimos días. Argentina fue la tierra elegida para casarse y tomar una nueva nacionalidad. Aquí Benito se desarrolló como actor, protagonista de radioteatros, autor teatral y director. Trabajó en cine, radio, teatro y televisión. Entre las películas en las que intervino, figuran: Su gran ilusión, Ellos nos hicieron así y Esta tierra es mía. En Argentina nacería su único hijo, José “Pepe” Cibrián.

Pepe Cibrián se contagió pronto de la pasión que tenían sus padres por los escenarios. Estudió ingeniería durante tres años, pero elegía acompañar a sus padres en las giras por toda América. Ya había decidido forjarse un destino como actor. Participó en numerosas obras de teatro y películas. Poco antes del estreno de El desquite, conoció en México a la colombiana Ana María Campoy, con quien se casó en Guatemala.

Pepe y Ana María fueron de las primeras parejas consagradas por la televisión argentina. En 1951 protagonizaron Teleteatro de suspenso y Néstor Villegas vigila, programas de suspenso que cautivaban a la incipiente teleaudiencia nacional. El gran éxito llegó de la mano de la película Los árboles mueren de pie, un clásico español llevado al cine por Carlos Schlieper, inscripto en la llamada “época de oro del cine argentino”.

Ese mismo año, José Cibrián haría de galán de Mirtha Legrand, en El pendiente, una película con guión de dos grandes: Ulyses Petit de Murta y Samuel Eichelbaum. Fueron numerosas las películas a las que se lo convocó, incluyendo Las mariposas son libres, que marcaría el debut cinematográfico de Susana Gimenez. Murió a los 86 años, recluído en su casa de Belgrano, acompañado de su fiel Ana María Campoy, quien lo sobrevivió cuatro años.

Pepito Cibrián, único heredero de la pareja de artistas, había sido convocado a los 18 años por Eduardo Bergara Leuman para integrar la mítica Botica del Ángel. En 1970 se casó con la actriz Ana María Cores, matrimonio cuya fugacidad se debió a la decisión de Pepito de asumir su verdadera identidad sexual, que se manifestaría formalmente al poco tiempo de sancionarse la ley de matrimonio igualitario, con su unión con Santiago Zenobi. Es considerado uno de los nombres más importantes del music hall argentino, con obras como Drácula, el musical, El jorobado de París y El gato con botas. Digno representante de una familia que amó y fue amada por el teatro.