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Descubrieron una nueva burbuja molecular en las nubes de Tauro

Las observaciones se realizaron utilizando el telescopio de 30 metros del Instituto de Radioastronomía en el Rango Milimétrico (IRAM) y el Telescopio James Clerk Maxwell (JCMT).

Científicos chinos identificaron una nueva burbuja molecular en la señal de monóxido de carbono procedente de las nubes moleculares de Tauro. Estas observaciones se realizaron utilizando el telescopio de 30 metros del Instituto de Radioastronomía en el Rango Milimétrico (IRAM) y el Telescopio James Clerk Maxwell (JCMT). El estudio se publicó en The Astrophysical Journal.

El proceso de formación estelar interactúa con el entorno circundante y produce fenómenos dinámicos observables, como flujos de salida y burbujas, conocidos colectivamente como retroalimentaciones estelares. Como una de las principales fuentes de inyección de energía en la nube natal, dichas retroalimentaciones son críticas para la evolución del medio interestelar.

"Mediante un análisis combinado con el sondeo del FCRAO (Five College Radio Astronomy Observatory) de la nube molecular de Tauro, descubrimos un flujo de salida situado en el centro de la burbuja molecular", afirma en un comunicado DUAN Yan, doctorando del NAOC (National Astronommy Observatories of China) y primer autor del estudio.

Basándose en los datos de Gaia EDR3, los investigadores sugirieron que un par de estrellas binarias T Tauri podrían haber producido la burbuja molecular hace 70.000 años. Sólo se había descrito un caso similar de una burbuja molecular coexistiendo con un flujo de salida (en Orión A).

Este descubrimiento apoya el origen común de las burbujas moleculares y los flujos de salida. Mejora también nuestra comprensión de cómo la retroalimentación estelar actúa sobre las nubes moleculares. La detección de la estructura burbuja-flujo proporciona nuevas pruebas observacionales de la retroalimentación de las estrellas T Tauri al medio interestelar.

Aldebarán (α Tauri), la estrella más brillante de la constelación, es una gigante naranja catalogada como K5+III de primera magnitud. El nombre Aldebarán proviene del árabe الدبران, cuyo significado es «la que sigue», en referencia a que esta estrella sigue al cúmulo de las Pléyades en su recorrido nocturno a través del cielo.

Al estar cerca de la eclíptica, Aldebarán es ocultada por la Luna periódicamente y, gracias a ello, se ha podido medir su diámetro angular para evaluar su verdadero diámetro, siendo este 44 veces mayor que el del Sol. Está catalogada como una variable pulsante irregular, con una fluctuación del brillo de 0,2 magnitudes.

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