Los científicos detectaron una concentración muy superior en la especie Melorisa ártica.
A pesar de la lejanía del Ártico, los microplásticos se han vuelto particularmente abundantes en esos ecosistemas nórdicos, incluyendo la nieve, los glaciares, el agua de mar y las concentraciones muy altas en sedimentos de aguas profundas y hielo marino. Ahora, los investigadores han detectado que el alga Melorisa, que crece bajo el hielo marino del Ártico, contiene diez veces más partículas microplásticas que el agua de mar circundante. Esta concentración en la base de la red alimentaria es una amenaza para las criaturas que se nutren de algas en la superficie del mar.
Los grupos de algas muertas también transportan el plástico con sus contaminantes particularmente rápido a las profundidades y, por lo tanto, pueden explicar las altas concentraciones de microplásticos en el sedimento. Los científicos dirigidos por el Instituto Alfred Wegener de Alemania dieron cuenta de este descubrimiento en la revista Environmental Science and Technology.
La Melorisa ártica crece a un ritmo rápido bajo el hielo marino durante los meses de primavera y verano y forma allí cadenas de un metro de largo. Cuando las células mueren y el hielo a cuya parte inferior se adhieren se derrite, se unen para formar grumos que pueden hundirse varios miles de metros hasta el fondo de las profundidades en un solo día.