La primera fue británica y costó que saliera, pero, una vez lanzada, no la pudieron sacar más. Ahora cotiza en bolsa y generó la aparición de muchas más.
Como punta de lanza, OnlyFans fue la primera app que apareció en la web mostrando que cualquiera puede hacer sus propios videos eróticos, sacarse fotos y producir “contenido” sin tener el cuerpo hegemónico de las personas que salen en las películas o revistas para adultos. Eso generó un click inmenso, tanto en los consumidores como en los y las creadores de contenido (esta app sirve tanto para mujeres como hombres). OnlyFans es muy popular en la industria del entretenimiento para adultos y hasta el New York Times publicó un artículo a principios de 2019 que afirmaba que esta app había cambiado el trabajo sexual para siempre, apodándola como “el muro de pago del porno”. Este cambio del trabajo sexual, en un país como Argentina, donde la trata de personas sigue siendo fuerte, y donde además muchas trabajadoras sexuales se ven obligadas a salir a las calles para realizarlo, es un alivio. Marca un nuevo camino sin tantas piedras.
Diario Hoy dialogó con una chica trans que, hasta hace poco menos de un año, vivía de la prostitución en la ciudad. “Nunca vendí falopa porque el que te agarra para vender no te suelta más hasta que te mata. Sí me cagaron a palos para que vendiera, pero nunca quise cruzar ese límite”, dijo con tranquilidad Pampa, que tiene 25 años y se puso ese nombre porque nació en esa provincia, en General Pico.
“No sabés lo que es para una mujer como yo nacer en un pueblo. De chica no entendía nada, pero veía muchas veces a mi papá discutir en la calle sintiendo que me defendía. Una vez, cuando tenía 15 años, vinieron a casa a buscarme dos tipos y mi papá salió a enfrentarlos. Agarró un cuchillo y se fue afuera. Ahí me di cuenta de todos los problemas que traía para mi familia, pero sobre todo a mi papá. Entonces, al otro día, con el corazón partido, les dije que me venía para la Capital. No me querían dejar, pero les expliqué que no me quedaba otra”, contó Pampa, ya sin ocultar el llanto. “Y me vine. No sabés lo que fueron los primeros siete años en Capital, no se lo deseo a nadie; pero al mismo tiempo me re curtí y aprendí a arreglármelas sola, sin mi viejo”, agregó.
Es difícil imaginarse el sentir de la persona sufriente en estos casos, cuando los que empujan contra ellas son muchos y su colectivo es muy pequeño. Pero para eso mismo está Pampa: para contar que se puede y que ahora hay otras puertas, otros caminos.
“A La Plata me vine porque allá es pesado y oscuro todo, no sabés de dónde va a venir la puñalada.Y todo bien hasta que descubrí OnlyFans. Ahí mi vida cambió completamente”, relató Pampa, a quien ya se le escucha otro sonido en la voz.
“Junté la plata que me pedían para alquilar, salgo a comer afuera, me puse de novia. Y todo, ¿cómo? Con una cámara adentro de mi habitación. Ofrezco contenido propio y, si no es zarpado, acepto y hago cosas que me piden, que son más caras. Me pagan en dólares. Sobre todo, perdí el miedo”, concluyó.