Un experimento con ratones descubrió una conexión entre las bacterias intestinales y la dopamina.
Un equipo de investigadores de la Facultad Perelman de Medicina de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos) acaba de descubrir una conexión entre el microbioma intestinal y la dopamina, es decir, las ganas de hacer ejercicio. El trabajo se ha desarrollado en ratones, pero, de poder replicarlo en las personas, habrían encontrado una explicación de la pereza.
Los científicos reunieron a unos 200 ratones procedentes de diferentes linajes. Los pusieron a correr, girando en una rueda o caminando en una cinta andadora, observando que presentaban una gran diversidad en su rendimiento. Al clasificarlos por su herencia genética, no encontraron relación entre rendimiento deportivo y genes. Así que estudiaron otras posibles causas: el metaboloma (conjunto de metabolitos que genera el organismo), su metabolismo o su microbioma intestinal. Los dos primeros no mostraban una correlación con el grado de actividad física, pero sí las bacterias intestinales.