Los trabajos más arduos del verano
En una temporada que promete ser abrasadora, miles de personas se ganan la vida con empleos en los que la exposición al calor puede traerles problemas de salud. Cómo sobrellevan las altas temperaturas
Ir a trabajar en verano siempre fue difícil y más aún si se sabe que será una de las temporadas más cálidas de la historia, con máximas cercanas a los 40 ºC. Sin embargo, quienes peor la pasan son los que trabajan a la intemperie o en sitios donde hace tanto o más calor que en la calle.
Soldador, herrero, albañil, panadero, parrillero, cocinero son solo algunos de los oficios de una larga lista compuesta por personas que comienzan a sufrir en diciembre y respiran aliviadas recién en marzo.
¿Cómo hacen los trabajadores para sobrellevar temperaturas superiores a los 40 ºC y enfrentarse a los riesgos con un temple estoico?
“Es como cocinarme al spiedo”
Eduardo Ortiz es asador de toda la vida. Tiene 52 años y hace siete que trabaja en una parrilla al paso ubicada en 51 entre 4 y 5. Desde las 9.30, la temperatura del local comienza a subir al compás del fuego. A las 12, se abren las puertas al público: “Es el momento en que más se sufre, porque el movimiento es constante”, explicó Ortiz a diario Hoy.
A las 18, el ciclo vuelve a empezar para recibir a los comensales del segundo turno.
A pesar de que hay aire acondicionado, se padece: “Quisiera tener una Pelopincho al lado”, confesó el parrillero. Con tantos años en este trabajo, ya siente las consecuencias en sus articulaciones y sabe lo que le espera para esta temporada: “Es como si te cocinaras al spiedo. A la larga, el fuego va afectando los órganos”.
Pasar tanto tiempo frente a las brasas no contribuye a desarrollar defensas físicas ni psicológicas que sirvan para no padecer las altas temperaturas. El remedio de Eduardo para no sucumbir es el que conocemos todos: tomar agua fría constantemente y armarse de paciencia. “Esto es como el matrimonio”, explicó “a la larga, te terminás acostumbrando”.
La realidad es que a pesar del calor, a Eduardo le gusta su trabajo: “Nos divertimos mucho con los compañeros y los clientes que vienen siempre”, explicó el parrillero. “Somos como una gran familia”, concluyó.
El riesgo del estrés térmico
“Los ambientes que provocan tensiones en las personas y las hacen activar sus mecanismos de defensa naturales para mantener la temperatura interna dentro de un intervalo normal constituyen estrés o sobrecarga. La combinación de la actividad física con el estrés por calor puede afectar el sistema cardiovascular humano”, asegura un informe del Instituto Nacional de Tecnología Industrial.
Por eso, se recomienda un procedimiento de Evaluación Térmica de los Ambientes Industriales para determinar el valor del estrés y de la tensión térmica, y así determinar “los tiempos de trabajo y descanso necesarios para que un operario no presente síntomas que afecten su salud ni su seguridad”.
Hace veinte años que Diego Altamiranda, de 41, se acostumbró al calor abrasador que se siente en el Astillero Río Santiago, de Ensenada. Sin embargo, reconoce que en el último tiempo los veranos se pusieron más intensos. De hecho, tres años atrás, se decidió reducir el horario de quienes realizan tareas insalubres, a la intemperie, tras la descompensación de un trabajador durante un día de alerta naranja.
Altamiranda es oxigenista: con un soplete que larga fuego, corta chapas, hace biselados y correcciones en barcos. A veces, la pieza sobre la que debe trabajar está en un lugar tan imbricado que apenas entran él y su soplete: “Aguanto todo el tiempo que puedo, salgo empapado de sudor, me refresco y después vuelvo a entrar”, detalló. En otras ocasiones, cuando la embarcación está a la intemperie, al pisar la chapa siente cómo el calor traspasa la suela hasta quemarle la planta de los pies, entonces se hidrata y vuelve a trabajar.
Al igual que Eduardo, Diego sabe que el hombre es un animal de costumbre. Todos los años, por esta época, siempre se dice a sí mismo: “Tengo que aguantar hasta febrero”, mes en que empiezan sus vacaciones, y así soportar las altas temperaturas vale la pena.