Unos 50 adeptos a este hobby crearon un grupo de Facebook para atravesar el confinamiento obligatorio entretenidos y sin tener que gastar tanto dinero.
Esto es una red para que, quienes vivimos en La Plata, intercambiemos temporalmente los rompecabezas que tenemos”, anuncia en su encabezado la página de la famosa red social. Detrás de esta idea, hasta el momento casi medio centenar de platenses se unieron a la propuesta de intercambio.
Hacia los primeros días de mayo Azul Belamendia tuvo la idea y, en cuanto definió las reglas, la llevó a la práctica. En primer lugar, intercambiar en lo posible rompecabezas de la misma cantidad de piezas y marca y, en segundo lugar, devolver los rompecabezas armados en placas. De esta manera, no caben reclamos por piezas faltantes.
“Siempre fue un gran pasatiempos”, contó Azul a diario Hoy. “Se me ocurrió armar el grupo porque cuando empezó la cuarentena me compré uno, a la semana otro, y al mes dos más. Y salen carísimos. Y pensé ‘voy a subirlos a ver si alguien le copa intercambiar’. Y hubo una semana que me encontré con el auto lleno de rompecabezas yendo de acá para allá”, completó Azul.
Constanza, integrante del grupo, encontró en este tiempo de confinamiento una oportunidad para volver a un viejo amor: el puzzle. “Son bastante caros y no los armás muchas veces, solo una o dos y después los guardás”, reconoció. Como Constanza, Victoria también encontró el momento justo en esta cuarentena: “Siempre me gustó armar rompecabezas pero por cuestiones de tiempo no lo hacía muy seguido, más que nada en vacaciones. En el confinamiento encontré tiempo libre para hacerlo más seguido”.
“Para mí es una meditación activa, dejás la mente en blanco y te despejás”, reveló Danae, quien también integra el grupo de intercambio. “Con el confinamiento, el precio de los puzzles se ha triplicado en algunos casos, por lo que el intercambio aparece como una alternativa para tener nuevos diseños para armar sin tener que gastar dinero”, añadió.
La paciencia, la clave
Para meterse de lleno en este hobby es fundamental la paciencia. En eso coinciden todos. Pero además “hay que tener en cuenta que unos días vas a avanzar poco y otros, mucho: hay que pensar que es un hobby, que no pasa nada si un día no encontrás una pieza”, aseguró Gabriela, quien también explicó que es importante tener un lugar exclusivo para arrojarse al abismo de armar un rompecabezas, como una mesa o un tablón.
Si bien los motivos pueden ser infinitos, algunas imágenes pueden ser más complicadas que otras: un cielo, un río, el pasto, una arboleda están al tope entre los paisajes más complejos. Empezar siempre por el contorno de la fotografía es el secreto más difundido.
Con música o en silencio, en compañía de mate o sin comer ni beber, un rompecabezas de 2000 piezas lleva una semana de armado dedicándole unas tres horas al día. Pero también, puede llevar más: “Yo le dedico al menos una hora al día y un poco más el fin de semana. Estoy terminando uno de 2000 y me tomó dos semanas, es el primero de este tamaño y la mesa me quedó chica, lo terminé en el piso”, contó Danae.
Azul, la fundadora del grupo, contó que desde que empezó la cuarentena armó 13 rompecabezas de 1000 piezas y dos de 2000. “Es importante adoptar el trueque o el intercambio como modalidad social en un mundo donde el capitalismo nos come, tejer redes de intercambio y evitar lo máximo posible el consumo”, concluyó.