“Una de las causas del origen de las cianobacterias es la falta de tratamiento de los líquidos cloacales vertidos sobre el río”, aseguró Marcelo Garófalo, presidente de la ONG Nuevo Ambiente.
En la ciudad de La Plata y sus vecinas localidades Berisso y Ensenada hay un grave problema con el tratamiento de los desechos cloacales que no son tratados como se debe y terminan de manera directa sobre las aguas del Río de La Plata.
Ante esta situación, desde la ONG platense Nuevo Ambiente iniciaron un reclamo para pedir a las autoridades que se haga efectiva la puesta en marcha de una nueva planta de tratamiento en la región o que se reacondicione y se ponga en funciones la que ya existe.
“Tenemos una planta que se inauguró en 1999 en la región, pero el único tratamiento que realiza es la separación de sólidos y líquidos, eso no alcanza para que las aguas que se vierten sean inocuas”, manifestó el presidente de Nuevo Ambiente, Marcelo Garófalo en diálogo con diario Hoy.
Así, desde la organización comenzaron a juntar firmas para elevar un pedido, donde solicitan que además se proceda a la reparación del caño que corre paralelo a la avenida 66 y desemboca en el río.
Se trata de un caño que está roto, a unos pocos metros de la playa, desde hace más de 40 años, lo que determina que los líquidos cloacales se vuelquen directamente sobre la costa antes de llegar al río.
“Desembocan en el río todos los desechos, orgánicos e inorgánicos, desde el detergente hasta los residuos del baño. Los especialistas dijeron que una de las causas del origen de las cianobacterias es, justamente, la falta de tratamiento de líquidos cloacales vertidos sobre el río, esa es una prueba contundente”, especificó.
Uno de los graves problemas que trae aparejada esta falta de tratamiento, es la contaminación en las costas, donde diversas investigaciones dieron cuenta de una correlación negativa entre los niveles de contaminación y las distancias a los vuelcos cloacales mencionados, con grave riesgo sanitario.
Esto es porque los residuos pueden quedar en la arena y quienes visitan las playas, al entrar en contacto con ella, podrían contraer enfermedades intestinales y afecciones en la piel.
“A escasos metros de donde tiramos nuestros desechos, tenemos la toma de agua que luego va a nuestra red. Estamos colaborando con la contaminación del Río de La Plata, esa es la consecuencia de no tener una planta eficiente de tratamiento”, dijo el ambientalista.
Para concluir marcó que “hay que tomar cartas en el asunto, no podemos mantener esta situación por mucho tiempo más, merece atención, porque además ABSA cobra por este servicio de cloacas, que no se termina con apretar el botón, sino cuando llega inocua al río”.