Hay indicios de que existen fases de sueño en todo el reino animal.
Dentro de una caja en el laboratorio, jóvenes arañas saltarinas cuelgan de un hilo durante la noche. De vez en cuando, sus patas se enrollan y sus glándulas hiladoras se contraen —y las retinas de sus ojos, visibles a través de sus exoesqueletos translúcidos, se mueven hacia adelante y hacia atrás—. “Lo que hacen estas arañas parece asemejarse mucho al sueño REM”, dice Daniela Rößler, ecóloga conductual de la Universidad de Konstanz, en Alemania. Durante la fase REM, los ojos de un animal dormido se mueven de forma impredecible, entre otras características.
En los humanos, la fase REM es cuando ocurren la mayoría de los sueños, en particular los más vívidos. Esto lleva a una pregunta intrigante. Si las arañas tienen sueño REM, ¿significaría que sus cerebros del tamaño de una semilla de amapola podrían crear sueños? Rößler y sus colegas acaban de reportar sus hallazgos sobre las arañas que mueven su retina. Al observar a 34 de estos animales a través de cámaras, descubrieron que tenían episodios breves similares a REM cada 17 minutos. El movimiento rápido de los ojos era específico en esos momentos. No ocurría durante la noche cuando las arañas saltarinas se movían, ni cuando se estiraban, reajustaban sus hilos de seda o se limpiaban con sus patas. “Aunque las arañas están inmóviles en el período previo a estos episodios tipo REM, los investigadores aún no han demostrado que estos animales estén durmiendo. Pero si resulta que lo están, soñar es una clara posibilidad”, dice Rößler.