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Diario Hoy dialogó con Marisa Espósito, bióloga e integrante del Centro de Política Ambiental, quien destacó la importancia de mantener los espacios verdes y reservas para sostener el “equilibrio ecológico”.
09/03/2021 - 00:00hs
El Informe Planeta Vivo, realizado por Fondo Mundial para la Naturaleza, alertó sobre la “preocupante” pérdida de biodiversidad a nivel mundial y los riesgos sociales que derivan de esta situación. En menos de medio siglo -explica el trabajo- las poblaciones de aves, mamíferos, anfibios, reptiles y peces, sufrieron una disminución promedio del 68%.
Si bien la cacería de especies silvestres perdió el furor de las décadas del 70 y 80, con el crecimiento de las ciudades y el desarrollo de industrias, los animales fueron perdiendo sus espacios nativos.
En la actualidad, la constante urbanización del territorio nacional, reduce de manera considerable el espacio que tienen algunas especies para moverse y cazar, algo que termina repercutiendo directamente sobre la humanidad.
Sin ir más lejos, en la localidad de El Peligro (ubicada a 22 kilómetros del centro platense), un vecino terminó matando a un gato montés que comía sus animales de granja. La muerte del ejemplar de Leopardus geoffroyi volvió a poner el foco en la importancia de mantener los espacios verdes.
Sobre el hecho, Marisa Espósito, bióloga e integrante del Centro de Política Ambiental, comentó: “Hace dos años nos contactó una familia de El Peligro. Ellos son gente de campo, una familia muy querida a quienes conozco desde hace mucho. Crían gallinas y viven de eso, y tenían problemas con gatos monteses, que les comían los animales de granja. Como no querían matarlos, pusieron unas trampas. Cuando el gato montés cayó en la trampa, nos llamaron y lo llevamos a la Estación de Cría Animal Silvestre (Ecas), donde hacen rehabilitación de especies de fauna nativa. Ahora nos contactaron de nuevo porque encontraron en las cercanías que algún vecino había matado a uno”.
Espósito, quien también trabaja en el Museo de La Plata, transportó el cuerpo al establecimiento, donde se hace taxidermia (disecan animales para conservarlos y facilitar su exposición, estudio y conservación). “Por lo menos sirve a título de educación, para que la gente conozca las especies nativas de la región”, agregó.
Según la especialista, los animales silvestres, como el gato montés y el zorro gris, terminan acercándose a las casas que tienen animales de granja como consecuencia de la pérdida de ambiente. “Hay lugares donde cada vez tienen menos espacios físicos para vivir y, por ende, menos alimentación. Encuentran en los animales de granja una alimentación facilitada, porque están encerrados en un lugar chico, por lo cual son fáciles de atrapar”, explicó Espósito.
Si bien los gatos monteses recuperaron su población en las últimas décadas, la pérdida de ecosistemas, provocada también por la expansión de los cultivos, sigue vulnerando el desarrollo de una especie que no existe en otros lugares del mundo, solo en países cercanos a Argentina, como Paraguay, Brasil y Chile.
En la zona, se han recuperado zorros grises, comadrejas, tortugas, carpinchos y ejemplares de lagarto overo. Por eso mismo, es importante mantener espacios públicos donde estas especies puedan circular y obtener comida silvestre, sin necesidad de atacar animales de granja.
Especies carnívoras y su aporte ecológico
Además de ser un depredador, el gato montés es vital para el desarrollo del ecosistema. Estos animales se alimentan, entre otras cosas, de la rata colorada, un roedor que come los renovales de las plantaciones. Además, la orina del gato montés es fuerte y ácida, y al ser una especie territorial, marca todos los árboles de la zona. “Esa orina controla los parásitos y los insectos que pueden ser dañinos para las plantaciones”, señaló Espósito. Luego agregó: “Otro ejemplo es el zorro gris, que además de ser carnívoro, es muy oportunista y come también frutas, con lo cual se convierte en dispersor de semillas de árboles frutales”.