El objetivo principal de los pequeños vehículos de exploración espacial será crear un mapa 3D de la superficie lunar.
La NASA prepara el envío, el año que viene, de un trío de rovers en miniatura a la Luna para ver cómo pueden cooperar entre sí sin la intervención directa de los controladores de la misión en la Tierra.
Se trata del proyecto Cadre (Exploración Robótica Distribuida Autónoma Cooperativa) y marca otro paso que la agencia está dando hacia el desarrollo de robots que, al operar de forma autónoma, pueden aumentar la eficiencia de futuras misiones.
Actualmente programado para llegar a bordo de un módulo de aterrizaje en 2024 como parte de la iniciativa CLPS (Commercial Lunar Payload Services) de la NASA, los tres pequeños rovers de Cadre se bajarán a la región Reiner Gamma de la Luna a través de ataduras.
“Nuestra misión es demostrar que una red de robots móviles puede cooperar para realizar una tarea sin intervención humana, de forma autónoma”, expresó en un comunicado Subha Comandur, gerente de proyecto Cadre en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en el sur de California.
Y agregó: “Podría cambiar la forma en que hacemos la exploración en el futuro. La pregunta para futuras misiones será: ¿Cuántos rovers enviamos y qué harán juntos?”.
La agencia espacial busca que los robots puedan cooperar entre sí sin tanta intervención de los controles y comandos que se aplicarán desde la Tierra para sus funciones, de ahí el término “autónomo”.
Además, los vehículos obtienen su energía desde paneles solares, lo que en la Luna es una tarea bastante pensada, puesto que la luz solar no llega como en la Tierra.
El equipo de robots escogerá a su líder, que se encargará de distribuir el trabajo entre los tres para lograr su objetivo común: el mapa.
“La única instrucción es, por ejemplo, Ve a explorar esta región y los rovers resuelven todo lo demás: cuándo conducirán, qué camino tomarán, cómo maniobrarán alrededor de los peligros locales”, sostuvo Jean-Pierre de la Croix del JPL, investigador principal de Cadre.
Los rovers también están diseñados para soportar las inhóspitas condiciones de la superficie lunar. Por ejemplo, resistir temperaturas de hasta 114°C durante el día, moverse por los terrenos irregulares de la Luna, entre otros obstáculos.
“Para evitar que los rovers se cocinen, el equipo de Cadre ideó una solución creativa: ciclos de vigilia y sueño de 30 minutos. Cada media hora, los rovers se apagarán, se enfriarán a través de radiadores y recargarán sus baterías”, explicó la NASA.