Cuando en la televisión argentina se veían obras de Shakespeare
Hace 60 años, en el horario televisivo de mayor audiencia se podía ver en nuestro país Hamlet, interpretado por Alfredo Alcón, y el rating trepaba hasta las nubes.
CULTURAReporteros Sin Fronteras (RSF) enumeró los puntos positivos y las debilidades que afectan al ejercicio de la comunicación en la Argentina.
07/05/2022 - 00:00hs
Elaborada por la organización internacional Reporteros Sin Fronteras (RSF), la llamada Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa es un informe sobre el ejercicio del periodismo y la comunicación en todo el mundo. El trabajo, difundido recientemente, revela algunos datos clave sobre nuestro país. No solo permite observar las fortalezas que los argentinos han podido construir a lo largo de cuatro décadas de democracia, sino que también expone deficiencias que se tornan estructurales.
De acuerdo a las encuestas realizadas a periodistas, sociólogos, abogados y académicos, dos aspectos centrales de la libertad de expresión en la Argentina remiten a logros colectivos. Por un lado, su Constitución y su legislación garantizan la libertad de expresión de acuerdo a altos estándares internacionales. Los denominados delitos de opinión, como calumnias, injurias y desacato, fueron eliminados del Código Penal hace años. La preservación de las fuentes y el secreto profesional están ampliamente protegidos por la ley, la censura directa no está contemplada y tampoco tienen lugar exigencias administrativas abusivas para el ejercicio profesional.
Desde luego, la ley no es suficiente a la hora de garantizar derechos, pero -tal como señala el informe- la libertad de expresión tiene un alto valor entre los ciudadanos de nuestro país. En este punto, RSF hace una aclaración. Los derechos a la información y a la libertad de expresión enfrentan amenazas en la Argentina, pero “no hay homicidios de periodistas en lo que va del siglo, los ataques físicos graves son esporádicos, la censura se ve forzada a buscar mecanismos sutiles y no se registran encarcelamientos a causa del ejercicio profesional”.
Asimismo, la organización hizo públicas algunas preocupaciones alrededor de la libertad de expresión en nuestro país. Por un lado, “una concentración de la propiedad de los medios inaceptable para la pluralidad informativa”. Un síntoma que, señalan, tiene un territorio: “el área de Buenos Aires prevalece mucho más allá de lo debido sobre el resto del país a la hora de la producción y tematización de la información”.
Como otra de las debilidades, RSF señala la injerencia de la publicidad oficial y privada sobre la libertad de expresión y la precariedad laboral y económica en torno al ejercicio periodístico. Además, dicen los periodistas y representantes de la organización, Emmanuel Colombié y Sebastián Lacunza, “los poderes fácticos suelen encontrar eco en los tribunales para acallar periodistas por vía de la represalia económica. A falta de herramientas penales, optan por demandas civiles que penden como una amenaza extorsiva. RSF ha alertado sobre interpretaciones absurdas y abusivas del derecho por parte de jueces permeables”.
Para finalizar, señalan que un aspecto problemático es que algunas de las limitaciones a la libertad de prensa señaladas transcurren entre gobiernos de distinto signo, que expresan cosmovisiones diferentes. “A veces, los objetivos y los intereses conspiran contra la prensa libre; y otras, falla la praxis”, apuntan. “El resultado puede ser similar”, concluyeron desde la organización.