La comunidad nikkei estructura su economía en torno a la agricultura y la floricultura. El valor de la familia y de los ancestros vive en las celebraciones de una cultura cada vez más arraigada en la región.
A pocos minutos del centro de La Plata, en las proximidades de la localidad de Melchor Romero, hay un pequeño Japón. Los primeros inmigrantes llegaron a Colonia Urquiza hacia la década de 1960 y todavía algunos de ellos permanecen allí. El barrio en el que viven unas 200 familias de origen japonés está ubicado dentro del radio demarcado por la calle 178 a Ruta Provincial Nº 36 y desde la calle 513 hasta la calle 448.
En diálogo con diario Hoy, la historiadora e investigadora de la comunidad japonesa de Colonia Urquiza, Irene Isabel Cafiero, explicó: “Si hablamos de la primera llegada de japoneses a la Argentina tenemos que remontarnos al 1900; fueron grupos esporádicos. A medida que fue transcurriendo el tiempo hubo proyectos relacionados a la gestión de territorios de grandes terratenientes, y en la región se expropiaron terrenos en Abasto y Romero que, en algunos casos, fueron entregados al Consejo Agrario. Este órgano fomentó la inmigración, especialmente para aquellos que querían venir al país a trabajar en la agricultura”.
En el caso particular de Colonia Urquiza, la profesora y licenciada en Historia precisó: “Hacia 1961 se instalaron las primeras 10 familias japonesas. Algunas directamente, pero otras por deslizamiento, es decir que primero fueron a otros países y terminaron aquí”.
Colonia Urquiza tiene una superficie de 724 hectáreas y, según el último censo, actualmente viven unos 700 nikkei, nombre con el que se designa a los emigrantes de origen japonés y a su descendencia. Y si bien originalmente se promovió la llegada de agricultores, “a medida que fue pasando el tiempo tomó fuerza la floricultura”, contó Cafiero. Y agregó que en el corazón de la comunidad también se destacan actividades como apicultura y el trabajo de los viveristas.
Vida y cultura
Consultada sobre las costumbres de los nikkei, la investigadora señaló que es común la práctica de golf, béisbol y karate, entre otras actividades. “La Asociación Japonesa La Plata y Nihongo Gakko La Plata son dos entidades culturales muy fuertes que mantienen la educación y el idioma japonés en la región. También se desarrollan ciertos eventos importantes como el Festival de Canto Japonés y el Bon Odori que, fuera de Japón, el que se celebra en La Plata es el más grande del mundo debido a la convocatoria: suele convocar a unas 15.000 personas”.
Asimismo, contra el prejuicio que señala a los nikkei como una comunidad cerrada, Cafiero no solo dijo que no tenía asidero en la vida real, sino que indicó: “La apertura de la segunda y tercera generación fue cada vez más amplia, porque fueron las generaciones que salieron del ámbito, fueron a las escuelas, a las universidades”. Además se adentraron en el universo laboral de la ciudad.
La comunidad japonesa en Colonia Urquiza es la más grande de la región, aunque no la única: están las de Abasto, El Peligro, El Pato y la asentada a la vera de la Ruta 2. “Lo característico de Colonia Urquiza es que todavía está la primera generación, los primeros que llegaron, que tienen alrededor de 80 años. Esto no solo es característico en la región, sino también en el país”, contó Cafiero, y agregó: “Otra particularidad es que en la Argentina es muy grande la migración de Okinawa, la isla del sur de Japón. Sin embargo, en Colonia Urquiza hay muy pocos, son originarios de otras prefecturas japonesas”.
Por último, a la hora de hablar de una característica que sintetice la esencia de la comunidad, Cafiero dijo: “En la cultura japonesa es muy importante la familia, los vínculos. En la comunidad cuidan mucho a los abuelos; están todos comunicados para saber cómo están los más grandes, es parte de la filosofía de cuidar a los ancestros. El Bon Odori tiene que ver con esto, un festival en honor a los ancestros, a los antepasados. Incluso en el ámbito rural es muy fuerte, porque si necesitan un mandado alguien se ofrece para hacerlo. Y en pandemia el cuidado entre las familias fue mayor, estuvimos más atentos”.