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Una gran escritora peruana en La Plata

Angélica Palma es una escritora peruana fallecida en nuestro país en 1935. En su época tuvo un gran reconocimiento en Argentina y dejó su huella en nuestra ciudad.

Interés General

04/02/2025 - 00:00hs

A pesar de haber sido borrada del mapa literario nacional, la peruana María Angélica Palma y Román, fue mundialmente reconocida en su época no solo por ser hija del ilustre tradicionalista Ricardo Palma, sino también por su rica obra narrativa, sus crónicas periodísticas y colaboraciones con publicaciones internacionales, así como por su trabajo en la educación infantil. Criada en un entorno donde lo social y político aparejaba una escalada de violencia inaudita, Angélica lo canalizó en su vitrina para acercarse a la realidad de su país.

Lo cierto es que tener una vida rodeada de libros, con las más exquisitas y actualizadas lecturas de todo el mundo, compartir con las mentes brillantes de la intelectualidad que frecuentaba a los Palma Román y sus constantes viajes a Europa, no le pudieron dar otro destino que el de escritora. Probablemente fuera por pudor, pero Angélica comenzó a publicar con su verdadero nombre y apellido solo después de la muerte de su padre.

Por entonces el escritor español Benito Pérez Galdós era como un rockstar de la literatura hispana y sus novelas eran el modelo literario que influía en la narrativa de Angélica. Caló tanto en ella que firmó varias de sus publicaciones con los seudónimos galdosianos Marianela y Araceli (como sus personajes).

Su escrito “Coloniaje romántico” le permitió acceder al premio del Concurso Literario Internacional de Buenos Aires. Asimismo, en Lima, su sello llegó a un evento conmemorativo por el centenario de la Batalla de Ayacucho, con la obra histórica “Tiempos de la patria vieja”. Los méritos literarios de «Tiempos de la patria vieja» no son pocos y por eso no sorprende que el jurado del concurso de novela histórica eligiera como ganadora la obra de Angélica Palma. Su desmérito, para los ojos de los funcionarios del régimen autoritario, al parecer, radicaba en que no se alineaba con el discurso inflamado de la épica que pretendía irradiar la Patria Nueva de un presidente narcisista y megalómano.

A decir del lingüista y crítico literario Marco Aurelio Denegri, Angélica Palma fue una de las pocas personas que conservaron la Lima de la época a través de sus palabras. Regresar a sus libros es revivir los usos, costumbres, paisajes y transformación de Chorrillos y Miraflores. Redescubrir las tradiciones de hombres y mujeres, religión y pasatiempos de la clase media, así como sus prejuicios y sus taras.

El siguiente vínculo que ató definitivamente a Angélica con Argentina tuvo lugar en 1935. En agosto de ese año, Angélica Palma viajó a este país para asistir a una serie de homenajes a su padre, organizados por diversas instituciones. Estuvo en Buenos Aires, La Plata y Montevideo para finalmente viajar a Rosario. Aprovechando su visita en nuestro país, la Universidad Nacional de La Plata, le pidió diera una conferencia acerca de la relación entre las tradiciones peruanas y la literatura. Luego de asistir al acto de homenaje que la Escuela de Lenguas Vivas le dedicó a don Ricardo Palma, Angélica enfermó súbitamente y falleció el 6 de setiembre de 1935. Tenía cincuenta y seis años. Sus restos fueron trasladados provisionalmente a Buenos Aires y sepultados en el cementerio de la Recoleta. El 21 de marzo de 1936 fueron repatriados a Lima. Los discursos pronunciados por autoridades y amigos de la escritora con motivo de las ceremonias fúnebres, así como artículos periodísticos en su memoria, se incluyeron en el libro editado en 1937 por la Sociedad Amigos de Palma.

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