51 años después, descifran un mensaje del asesino del Zodíaco: “No me asusta la cámara de gas”

Fue autor de numerosos asesinatos en la Bahía de San Francisco en los años 60, unos crímenes que continúan sin esclarecerse.

Internacional

12/12/2020 - 09:27hs

Un grupo de aficionados logró descifrar, 51 años después, uno de los mensajes enviados al diario The San Francisco Chronicle por el asesino del Zodíaco, que mató a por lo menos cinco personas, informó este viernes 11 de diciembre del 2020 el propio rotativo.

Entre finales de los años 60 y principios de los años 70 del siglo pasado, el asesino del Zodíaco -de quien aún no se ha esclarecido la identidad- aterrorizó el área de la Bahía de San Francisco y envío varias cartas cifradas al periódico, tal y como relata la exitosa película de David Fincher 'Zodiac' (2007).

Una de estas cartas es la conocida como "340" -bautizada así por el número de caracteres que contiene- y su código se había resistido a los investigadores hasta que tres aficionados en EE.UU., Bélgica y Australia lograron descrifrarlo recientemente.

"Espero que lo estén pasando muy bien tratando de atraparme. Ese que salió en televisión no era yo. No me asusta la cámara de gas porque me enviará al paraíso lo antes posible. Ahora tengo los suficientes esclavos que trabajen para mí mientras que el resto del mundo no tiene nada", lee la carta descifrada.

"Así que les asusta la muerte. A mí no me asusta porque sé que mi nueva vida será fácil en la muerte paradisíaca", concluye.

La misiva llegó a la redacción del San Francisco Chronicle en noviembre de 1969 y medio siglo después ha sido descifrada por el estadounidense experto en cifrados David Oranchak -que lleva trabajando en las cartas del asesino del Zodíaco desde 2006-, el matemático australiano Sam Blake y el belga Jarl Van Eykcke.

Por su parte, la oficina de San Francisco del Buró Federal de Investigaciones (FBI) confirmó la validez del descifrado y recordó que el caso sigue abierto, ya que el asesino nunca fue detenido. Según contó Oranchak, la solución al cifrado consistió, además de en asignar una letra a cada símbolo, en entender que las palabras no estaban escritas de forma lineal con una letra inmediatamente detrás de la otra, sino que respondían a un patrón diagonal.

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