Ucrania: informan 26 muertos tras estrellarse un avión militar
El avión transportaba a 27 personas, 7 tripulantes y 20 estudiantes de la universidad nacional de aviación de Járkov. Analizan si hubo falla en el motor.
Según Greenpeace, ya perdió dos tercios de su volumen. Hay temperaturas extremas en el mundo que agravan el conflicto. En la última década, la extensión de hielo marino sufrió una disminución constante.
28/09/2020 - 00:00hs
El cambio climático en el planeta golpea cada vez más fuerte y de modo más impactante. Así, durante el mes de septiembre se alcanzó la extensión mínima de hielo marino del Ártico en el año, con 3,74 millones de kilómetros cuadrados, siendo la segunda más baja registrada.
Según señaló la organización ambientalista Greenpeace, el Ártico ya perdió dos tercios de su volumen, y en los últimos diez años sufrió una disminución constante de la extensión de hielo marino.
El Ártico es una de las zonas de mayor importancia dentro del sistema climático planetario, porque actúa como un “regulador” que es capaz de generar y almacenar el frío. “La rápida desaparición del hielo marino es un indicador que evidencia, una vez más, la crisis climática que atraviesa el mundo”, señalaron desde la organización.
En ese orden, desde variedad de agrupaciones y militantes ecologistas, sostienen que la conservación de los océanos es crucial para el mundo y para nuestra vida en la Tierra, que en la actualidad se ve afectada por la destrucción de los mares y el cambio climático. Por eso, remarcaron que es necesario proteger al menos el 30% de los océanos para el 2030.
“La capa del hielo en el Ártico necesita protección urgente, y los líderes mundiales en la Cumbre de Biodiversidad de las Naciones Unidas, pautada para finales de este mes, deben comprender el papel de los océanos en la lucha contra la crisis climática”, sostuvo una de las referentes de Greenpeace.
Por caso, la protección de los océanos, además de la eficiente conservación de las especies, tiene que ver con que aquellos que están sanos mantienen el carbono almacenado de forma segura fuera de la atmósfera, lo que ayuda a reducir los impactos de la crisis climática.“Al proteger, al menos, el 30% de los océanos con una red de santuarios, los ecosistemas marinos pueden desarrollar resiliencia para resistir mejor al rápido cambio climático”, manifestaron desde Greenpeace. Por eso, la comunidad científica, a nivel mundial, identificó al Ártico como una de las áreas prioritarias que necesitan protección.