Como respuesta, la Fuerza Aérea de la isla emitió advertencias por radio y movilizó sus unidades hasta que los aviones finalmente se retiraron.
Durante las últimas horas, el Ministerio de Defensa de Taiwán denunció que unos 28 aviones de combate chinos sobrepasaron la Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) taiwanesa. Desde que comenzaron las hostilidades, esta violación del perímetro es la provocación más grande que se haya registrado. Como respuesta, la Fuerza Aérea de la isla emitió advertencias por radio y movilizó sus unidades hasta que los aviones finalmente se retiraron.
De acuerdo al comunicado oficial, la flota completa incluyó un avión antisubmarinos Y-8, un avión de reconocimiento Y-8, cuatro bombarderos H-6, dos aviones radar KJ-500, seis cazas J-11 y 14 cazas J-16. Así, superando los 25 aviones informados el 12 de abril de este año, esta nueva misión rompió el récord y se transformó en la incursión más grande desde que el ministerio comenzó a informar regularmente sobre las actividades de la Fuerza Aérea China en el ADIZ de Taiwán.
El lunes pasado, China reprobó el comunicado del G7 acordado tras su última cumbre en Carbis Bay, Reino Unido. Según el gobierno chino, “distorsiona los hechos” sobre varios asuntos, entre ellos Taiwán, “para difamar deliberadamente a China”. El ministerio añadió: “La declaración interfiere en los asuntos internos de China, lo cual viola las normas que rigen las relaciones internacionales. Estamos muy insatisfechos y nos oponemos firmemente”.
A partir del mandado del expresidente estadounidense Donald Trump, las tensiones entre Pekín y Taipéi comenzaron a aumentar considerablemente. A pesar de que en 1979 Washington rompió sus relaciones con Taiwán, Trump se ocupó de poner entre sus prioridades el fortalecimiento de sus vínculos con el territorio insular, incluyendo la venta de armas.
El pasado abril, el flamante gobierno de Joe Biden reafirmó su apoyo a la isla durante una reunión que mantuvieron en Taipéi tres ex altos cargos estadounidenses con la presidenta Tsai Ing-wen. Después del encuentro, Pekín respondió con maniobras militares en la zona.