El Sumo Pontífice pidió ante una multitud de fieles que Europa asuma la “responsabilidad” de afrontar la inmigración que llega a través de la ruta marítima del Mar Mediterráneo.
El Papa Francisco celebró ayer una misa en el estadio Velódromo de Marsella, en el sur de Francia, ante unas 50.000 personas, a la que asistió el presidente francés Emmanuele Macron, en lo que fue el último acto de su visita de poco más de 24 horas a esta ciudad.
El Papa se dirigió en papamóvil al estadio, entre el entusiasmo de los marselleses, que se echaron a las calles a recibirlo y, según las autoridades locales citadas por el Vaticano, fueron cerca de 100.000 personas las que esperaron el paso del pontífice argentino recorriendo la avenida que llevaba al lugar de la misa.
Al pronunciar la homilía, Francisco destacó el valor de la “vida humana, que hoy es rechazada en tantas personas que emigran, así como en tantos niños no nacidos y en tantos ancianos abandonados”, en línea con su pedido por más apertura a los migrantes que marcó sus cuatro discursos en Marsella.
Luego, desde la misma tribuna se formó la palabra “merci”, en agradecimiento al Papa por su visita, en el que fue su viaje 44 como Pontífice fuera de Italia.
Además, sostuvo: “Nuestras ciudades metropolitanas y los numerosos países europeos como Francia, donde conviven culturas y religiones diferentes, son, en este sentido, un gran desafío contra las exasperaciones del individualismo, contra los egoísmos y las cerrazones que producen soledades y sufrimientos”.
Francisco había llegado el viernes a la ciudad portuaria para participar en los Encuentros Mediterráneos, un evento en el que se han dado cita 60 obispos y jóvenes de países de la cuenca mediterránea; pero la Iglesia local había insistido para que Francisco celebrase misa en este país, altamente secularizado, por lo que finalmente se añadió un día a la visita.
En uno de los palcos del estadio, y pese a las críticas de sectores liberales de su país, Macron fue uno de los asistentes a la misa junto a su esposa Brigitte, sentados una fila detrás de la exdirectora del Fondo Monetario Internacional (FMI) y exministra de Finanzas de Francia, Christine Lagarde.
Reunión con Macrón
En la mañana de ayer, el Papa y el mandatario se reunieron a solas por media hora en el palacio Faro local.Ambos se dieron la mano afectuosamente y posaron juntos, pero el contenido de las conversaciones no se hizo público.“Por Marsella, por nuestro país, orgullo de acoger a Su Santidad el Papa Francisco con ocasión de los Encuentros Mediterráneos”, dijo Macron en un mensaje en X junto a una foto en la que ambos se estrechan las manos.