Grecia: un hombre fingió su muerte y reaparece 10 años después
Huyó para no pagar la manutención de su ex esposa y de sus hijas tras firmar el divorcio.
Un italiano decidió dar un giro radical a su vida en 2013 y escapar a vivir al hermoso Mediterráneo, pero esta semana su pasado lo alcanzó de manera inesperada.
Adamo Guerra había dejado a todos con la impresión de que había puesto fin a su vida, dejando atrás cartas de despedida hacia su familia, amigos y empleo, alegando ser víctima de una "deuda con gente peligrosa". Sin embargo, su verdadera historia no concluyó allí.
A pesar de haber sido visto por última vez en la región de Emilia Romaña, en el norte de Italia, Guerra continuó con vida, pero esta vez no en su tierra natal, sino en la ciudad de Patras, en Grecia, donde se encuentra radicado. Este inesperado giro fue revelado cuando su exesposa inició los trámites de divorcio y se enteró de esta nueva realidad.
En una entrevista en el programa "Quién lo ha visto" de la RAI, Raffaella, la exesposa de Guerra, sorprendentemente reveló que su exmarido se convirtió en abuelo sin siquiera saberlo. Esta nueva situación causó estupor entre sus seres queridos, quienes lo creían muerto desde hace una década.
En 2013, Guerra se despidió de sus padres y solicitó que velaran por su esposa e hijas, quienes en aquella época tenían 12 y 16 años respectivamente. "Ahora es el momento de terminar. Intentaré hacer bien este último paso para ahorraros el dolor de un funeral", escribió en su carta de despedida. Las autoridades creyeron que se había arrojado al mar desde el puerto de Ancona en Italia, pero su cuerpo nunca apareció.
Fue solo cuando Raffaella decidió emprender el camino del divorcio que salió a la luz la verdadera identidad de Guerra. Su abogado la sorprendió al revelarle que su esposo no era una persona desaparecida, lo cual generó indignación en la mujer. Las sospechas se confirmaron cuando el equipo del programa de televisión logró captar en video a Guerra, quien les pedía que no lo filmaran y regresaran a Italia sin revelar su presencia.
A medida que Raffaella procesaba la situación, comenzó a sospechar que alguien había robado la identidad de su difunto esposo, pero la realidad resultó ser más impactante de lo que pensaba. "No hay palabras para describir esto", expresó con frustración, sintiendo que había sido engañada por el hombre con quien compartió gran parte de su vida.