Boris Johnson llamó a los ciudadanos a no perder la disciplina. Ahora, el país europeo ve en el endurecimiento de la cuarentena una salida para la contención del virus.
Unos 4 millones de británicos se verán afectados por la nueva disposición del gobierno del Reino Unido, que dio marcha atrás con la flexibilización de la cuarentena en varias ciudades del norte de Inglaterra. En la jornada de ayer, con un verano europeo que llegó a los 34 grados, la Policía del sur del país anunció que bloqueará los ingresos de vehículos a las playas para evitar las imágenes caóticas de junio pasado, cuando miles de personas desbordaron los controles.
“La única manera de controlar el coronavirus es si colectivamente se obedecen las reglas de distanciamiento social y se trabaja de modo unificado para contener el virus”, manifestó el primer ministro británico, Boris Johnson, plegándose así a modelos como el de la Argentina o España, donde las restricciones cosecharon buenos resultados en materia sanitaria.
En el marco de este endurecimiento, Johnson hizo un llamado de atención a los ciudadanos: “Lo que le digo a la gente es que no pierdan el foco, no pierdan la disciplina, observen las guías de las autoridades y si tiene síntomas, háganse un test”.
Un anuncio vía Twitter
“Gente de distintos hogares tendrán prohibido hacer visitas y reunirse en el interior de otras casas”, anunció por Twitter el ministro de Salud británico, Matthew Hancock. La medida que afectó a más de 4 millones de personas incluyó las ciudades de Manchester, Blackburn, Burnlet, Hyndburn, Pendle, Rossendale, Bradford, Calderdale, Kirklees y Leicester, todas ciudades del norte de Inglaterra.
El gobierno británico, que suspendió la reapertura de casinos y la celebración de conciertos y eventos deportivos, tomó esta determinación a partir de los 1.536 casos registrados entre el 20 y el 27 de julio, lo que se tradujo en una tendencia que sigue al alza.