Son 50 millones de reales que servirán para la reconstrucción del estado Rio Grande do Sul, totalmente destruido por las enormes lluvias. Por otra parte, la cantidad de fallecidos ya ascendió a 108.
El presidente de Brasil, Lula da Silva, anunció en la jornada pasada un paquete de ayuda económico para hacerle frente a las graves pérdidas y daños que produjeron las inundaciones producto de las intensas lluvias en el estado Rio Grande do Sul. La ayuda es de 50 millones de reales, que servirá principalmente para la entrega de créditos a trabajadores, empresas y municipios afectados por el desastre climático. “Está todo el país sensibilizado para atender lo más rápidamente posible a las personas”, mencionó el presidente a la par que insistió en que es “inmediato” atender con urgencia “la tragedia” que afecta a 1,5 millones de personas y mantiene parcialmente bajo las aguas a 425 municipios. Por su parte, el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, agregó que estas medidas asistenciales serán propuestas al Parlamento.
Sumado a esto, Lula también remarcó que la semana entrante se presentarán nuevas medidas paliativas relacionadas a las inundaciones. Entre esas nuevas políticas aparece la renegociación de la deuda de Río Grande do Sul con el Tesoro brasileño y para aquellas personas que perdieron su televisor o su heladera. “Para muchos pueden ser poca cosa, pero para los pobres son verdaderos tesoros. Vamos a tener que prepararnos porque veremos el tamaño de los problemas cuando el agua baje y los ríos vuelvan a la normalidad. Mucha gente perdió mucho y tenemos que tener eso en cuenta”, sumó el mandatario.
En lo que refiere a la cifra de fallecidos por las inundaciones, ya escaló a 108. A su vez, también aumentó la cantidad de personas desaparecidas, ya que pasaron de ser 128 a 136. En torno a los heridos, el número es de 374. El temporal ya afectó a al menos 61.400 viviendas, de las que 6.200 quedaron totalmente destruidas. Como si fuera poco, la llegada de un nuevo frente de tormentas generó que se detengan provisoriamente las tareas de rescate. El gobernador del estado afectado, Eduardo Leite, afirmó que están viviendo “una situación de guerra”, indicando que se trata de una de las peores tragedias climáticas de la historia de Brasil. El propio Leite afirmó que son 425 los municipios afectados, representando “prácticamente todo el estado”.