La OMS pide posponer la aplicación de la tercera dosis
Con la clara idea de lograr una mayor equidad en la vacunación a nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud exigió proteger a quienes todavía no tienen siquiera una dosis.
COVID-19Hace un año un devastador estallido de toneladas de nitrato de amonio en el puerto de la capital del Líbano causó 214 muertos y dejó 7.000 heridos, además de provocar daños estimados en casi 6.000 millones de dólares.
05/08/2021 - 00:00hs
Miles de personas protestaron ayer en las calles de Beirut en el primer aniversario de la devastadora explosión en el puerto de la capital del Líbano, unidas en el dolor y la indignación para exigir el fin de la impunidad de los responsables y justicia para las miles de víctimas de la peor catástrofe del país en tiempos de paz.
Los bancos, comercios y organismos públicos amanecieron cerrados luego de que se decretara una jornada de duelo nacional por el aniversario, que coincide con un colapso económico y financiero sin precedentes y una parálisis política que desde hace un año tiene sin gobierno efectivo al país árabe de Medio Oriente.
Ningún responsable ha sido llevado hasta ahora ante la Justicia, pese a que las autoridades reconocieron que la catástrofe del 4 de agosto de 2020 fue provocada por la deflagración de cientos de toneladas de nitrato de amonio almacenadas en un depósito abandonado del puerto sin las debidas medidas de precaución.
El estallido dejó 214 muertos, más de 6.500 heridos y barrios enteros arrasados, y días después provocó la renuncia del gobierno del primer ministro Hassan Diab, quien, junto al presidente Michel Aoun y muchos otros funcionarios, había sido alertado de los peligros que implicaba la presencia del nitrato de amonio en el puerto.
El estallido fue tan fuerte que se escuchó en la isla mediterránea de Chipre, a 200 kilómetros de Beirut.
Una investigación oficial en curso está largamente estancada, y todavía no hay repuestas a algunos de los interrogantes más básicos, como quién ordenó el almacenamiento del químico, que fue confiscado a un barco en 2013, y por qué tantos funcionarios ignoraron advertencias sobre los riesgos.
Varios miles de personas tomaron este miércoles las calles en protestas a la entrada del puerto, frente al Palacio de Justicia y el cuartel central de los bomberos, así como en barrios alcanzados por la explosión.
Los manifestantes cantaron consignas contra el gobierno y toda la clase política del país, a la que acusan del desastre y de años de corrupción y desmanejo que sumieron al Líbano en la bancarrota y en una devaluación galopante a la que las autoridades respondieron con un “corralito” a los ahorros bancarios.
“Exigimos justicia. Exigimos que todos respondan por sus acciones”, dijo Tatiana Hasrouty, cuyo padre murió en la tragedia, en la manifestación en el acceso al puerto.
“Los políticos le temen al pueblo. Si los presionamos, podremos obtener justicia. Todo lo que podemos hacer es protestar, para que nos tengan más miedo”, agregó en declaraciones a la cadena de noticias Al Jazeera, de Catar.
Familiares de las víctimas se reunieron cerca del puerto para realizar una ceremonia de homenaje y oración en memoria de sus seres queridos.
Un enorme martillo de metal oxidado con la inscripción “Actúa por justicia” fue puesto en una de las paredes frente al puerto, cerca de un grafiti en negro que reza “Mi gobierno hizo esto”. Más al fondo podían verse grandes silos severamente dañados por el estallido, pasando un amplio playón con contenedores.
Las banderas ondeaban a media asta en las dependencias estatales y en embajadas, y hasta laboratorios de análisis médicos y centros de vacunación no abrieron sus puertas por el aniversario.
En un reflejo del enfado con la clase política, carteles gigantes con duras críticas a las autoridades fueron colgados de las destruidas fachadas de edificios ubicados frente al puerto.
“Aquí empieza nuestro fin y nuestro comienzo”, se leía en uno de los pósteres, que ocupaba cinco pisos de un edificio de departamentos. “Rehenes de un Estado criminal”, decía otro.
“Este es un día de dolor y pena. Es el día en que perdimos a nuestros seres queridos y parientes y chicos”, dijo en un comunicado Ibrahim Hoteit, uno de los voceros de la asociación de familiares de víctimas que exige justicia entre otros por su hermano menor, un bombero que murió por la explosión.