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En distintas ciudades del país hubieron marchas masivas que culminaron con una fuerte represión por parte de las fuerzas de seguridad.
09/02/2021 - 08:56hs
La crisis política desatada en Myanmar tras el golpe de Estado del 1 de febrero se agravó en el cuarto día consecutivo de protestas contra el Gobierno de facto que ayer impuso la ley marcial en varias ciudades.
Hoy reprimió con violencia a los manifestantes que igual marcharon haciendo caso omiso de las advertencias de las autoridades militares.
En Naipyidó, la capital, las fuerzas de seguridad dispararon "al aire como advertencia y luego usaron balas de goma contra los para dispersar y detener a manifestantes.
Medios locales aseguraron que la medida tomada por el gobierno dejó un saldo de varios heridos, aunque por ahora no se pudo verificar su número ni la gravedad de su estado.
Poco antes, la policía utilizó balas de goma y carros hidrantes para dispersar a un pequeño grupo de manifestantes que ante la barrera de las fuerzas del orden, gritaba: "¡Paren la dictadura militar!", según imágenes en directo de la televisión local.
Desde el pasado fin de semana y en diversas ciudades del país, centenares de miles de manifestantes han salido a las calles.
Este tipo de protestas no se habían visto en la antigua Birmania, desde la revuelta popular de 2007, la llamada "revolución de azafrán" liderada por los monjes y que fue violentamente reprimida por el ejército.
El riesgo de represión es real. "Todos sabemos de lo que es capaz el ejército: de atrocidades masivas, de muertes de civiles, desapariciones forzadas, tortura y detenciones arbitrarias", dijo Tom Villarin, del grupo de parlamentarios del Asean (Asociación de Naciones de Asia del Sureste) para los derechos humanos.
Desde el 1 de febrero, más de 150 personas -diputados, responsables locales, activistas- fueron detenidos, según la Asociación de Asistencia a los Prisioneros Políticos con sede en Yangón.
Myanmar vivió cerca de 50 años bajo un Gobierno militar tras su independencia en 1948. El golpe del 1 de febrero puso fin a un breve paréntesis democrático.