El presidente estadounidense sugirió retrasar los comicios hasta que “la gente pueda votar de manera debida y con seguridad”.
El presidente estadounidense, Donald Trump, sugirió ayer a través de su cuenta de Twitter retrasar las elecciones presidenciales previstas para el 3 de noviembre, asegurando que estos podrían ser los comicios más “inexactos y fraudulentos de la historia”.
La crisis económica generada por la pandemia y la reacción del gobierno frente a la expansión del virus parece ir en contra de las posibilidades de reelección de Trump, lo que lleva a pensar que esta no es más que una estrategia del mandatario para desviar el foco de atención hacia un hecho controversial.
La Constitución norteamericana niega al presidente la autoridad para posponer las elecciones, y dispone que dicho retraso debe ser aprobado por el Congreso, donde actualmente Trump no posee mayoría.
Si bien no existen pruebas de fraude electoral generalizado en la votación universal por correo, el mandatario sostiene que el voto postal permitiría a las personas sufragar más de una vez, por lo que sugirió “demorar la elección hasta que la gente pueda votar de manera debida y con seguridad”.
Asimismo, la Constitución establece que el mandato presidencial no puede extenderse más allá del 20 de enero, por lo cual, en caso de una prórroga, sería el titular de la Cámara de Representantes quien asumiría el cargo hasta que se
desarrollara el sufragio.
Hoy en día, las encuestas ubican a Trump 8,4 puntos por debajo del candidato demócrata, Joe Biden, quien afirmó que el actual presidente “va a tratar de robar esta elección”.
Si bien antes de la pandemia todo parecía indicar que Trump se encaminaba hacia un nuevo mandato, la tasa de empleo y el PBI se derrumbaron con la llegada de la Covid-19, que además desnudó la ecpatía del presidente frente a los distintos conflictos raciales que volvieron a hacerse públicos en tiempos de pandemia.