Manuela Royo, historiadora, abogada y política que entre 2021 y 2022 fue miembro de la Convención Constitucional de Chile, habló con diario Hoy sobre la decisión de Gabriel Boric de lanzar el Plan Nacional de Búsqueda de Verdad y Justicia, en medio de fuertes disputas con el “pinochetismo”.
"Te recuerdo Amanda, la calle mojada, corriendo a la fábrica, donde trabajaba Manuel”, se escucha entonar desde uno de los balcones de la cuadra a una mujer en medio de un silencio rotundo. La estrofa termina y la ovación invade todos los rincones.
En medio de la conmoción que vive Chile, la canción escrita en 1969 por Víctor Jara sonó más que como una simple melodía. La famosa canción, que narra la historia de amor de una pareja de obreros, se convirtió en un símbolo de la lucha de clases y apeló a la unidad del pueblo chileno en medio del toque de queda.
El 11 de septiembre llegaría el golpe de Estado que derrocó al presidente socialista Salvador Allende (1970-1973) y dio inicio a una dictadura de 17 años en la que se violaron los derechos humanos, dejando 1.469 víctimas de desaparición forzada.
En 2023 se cumplen 50 años pero, en la víspera de los actos que recordarán esa fecha, el país sudamericano atraviesa un clima de división en la política y social en torno a aquel momento.
Sin embargo, el presidente Gabriel Boric dio a conocer la puesta en marcha de “Democracia es memoria y futuro”, un programa conmemorativo que tuvo como primera actividad oficial el lanzamiento del Plan Nacional de Búsqueda de Verdad y Justicia, que entre otras cuestiones plantea la posibilidad de reeditar el proyecto de Ley que se presentó hace más de una década en relación con la degradación de los militares condenados por violaciones a los derechos humanos.
Con todo este contexto, diario Hoy habló en exclusiva con Mariana Royo, historiadora, abogada y política que entre 2021 y 2022 fue miembro de la Convención Constitucional de Chile e integra el Movimiento de Defensa por el acceso al Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente (Modatima).
“Hoy día, en el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado, existe una deuda histórica con las víctimas de violaciones de derechos humanos. Todavía no sabemos dónde están los detenidos y las detenidas desaparecidas, hoy día también existen informes que son secretos, que no han sido revelados. Para la verdad y para la Justicia es esencial y central que exista información sobre dónde están los detenidos y desaparecidos. Creemos que es necesario levantar los secretos que todavía existen sobre las violaciones de derechos humanos en dictadura”, explicó.
“En algún momento pensamos que ya no existía o que era muy mínima la existencia del pinochetismo, de esta derecha reaccionaria, pero hoy vemos cómo el negacionismo, el fascismo, el neofascismo, está tomando nuevamente mucho poder. Estamos en una disputa ideológica por la verdad, por la historia y por lo tanto ha resurgido un nacionalismo que es horroroso y que es muy grave para los derechos humanos”, enfatizó.
Consultada sobre si es posible con todo este contexto avanzar en la búsqueda de verdad y justicia, Royo consideró: “Siempre es importante, siempre es necesario establecer garantías de una repetición, establecer mecanismos de cuidados, de promoción y de garantía de los derechos humanos. Creemos que en el marco del estadío social también se violaron derechos humanos, lo que da cuenta que en Chile aún existen muchas vulneraciones, existe una fuerza desmedida por parte de la Policía, sigue existiendo el legado pinochetista en nuestras policías. Eso también se manifiesta en la represión hacia los pueblos indígenas, hacia quienes se manifiestan. Por lo tanto creemos que allí también es importante avanzar, no solo en la memoria, la verdad y la justicia, sino también en garantías de no repetición”.
En torno a este avance de sectores de ultraderecha en los principales espacios de la política, indicó: “Tenemos mucho temor de este ascenso de la ultraderecha, que en Chile se manifiesta en José Antonio Kast, un candidato similar a (Javier) Milei en Argentina y con los mismos valores fascistas, discriminatorios, racistas, homofóbicos, xenofóbos, contra los cuales combatimos, contra los cuales luchamos. Creemos que es importante generar espacios de educación política para que, más allá de la manipulación de los medios de comunicación, las personas puedan entender el real y significativo mensaje del fascismo y cuáles son los valores y los objetivos que apunta”.
Para finalizar y mirando hacia el futuro en términos de lograr que Chile pueda avanzar en estos procesos de cambio, luego del intento fallido de reforma constitucional, Royo señaló: “Obviamente es un camino difícil. Creemos que, si bien existió una propuesta de un cambio social a través de lo que fue el intento de reforma de la Constitución, no reflejaba quizás el momento social, falta mucha construcción de conciencia, de una construcción política, de pensar en alternativas viables para llegar a la justicia social, pero también a la protección de la naturaleza, de las mujeres y eso también se puede impulsar tanto a niveles institucionales en las leyes, como en políticas públicas. También creemos que es importante estar en los movimientos sociales luchando para que esas cosas se hagan realidad”.