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Nuestra región sigue sin contar con un aeroparque que la distinga, a pesar de ser la capital de la provincia más importante del país. Inconsistencia entre los paradigmas políticos y una ciudad en constante crecimiento. Ausencia de un proyecto de capitalidad
23/01/2018 - 01:55hs
A lo largo de las últimas décadas, una de las promesas que han hecho todos los intendentes que han pasado por el palacio municipal de calle 12 ha sido la supuesta reactivación y puesta en funcionamiento del Aeropuerto de La Plata, ubicado en calle 13 y 610, parado desde hace varias décadas y al que no se le ha dado ningún tipo de uso comercial.
El predio, ubicado en el sur de la ciudad, con 400 hectáreas y 60 metros cuadrados cubiertos en su terminal de pasajeros, es hoy la imagen del desencanto y la desesperanza. Posee una torre de control en muy mal estado, cinco hangares para que descansen aeronaves, una plataforma de 2.000 metros cuadrados y dos pistas de aterrizaje, una de 1.427 metros de largo y otra de 1.100 metros, las cuales sirven para el embarque de vuelos de menor cuantía y el tránsito meramente interno.
La decisión del Gobierno nacional de abrir el mercado aerocomercial a las aerolíneas denominadas low cost (o de bajo costo) le dejó la puerta abierta a la ciudad para que vuelva a plantearse reacomodar el Aeropuerto local y de este modo descomprimir la cantidad de vuelos que van y vienen desde el Aeroparque Jorge Newbery o el Aeropuerto Internacional de Ezeiza.
Sin embargo, más allá de algunas promesas que han ido en este sentido, desde la dirigencia política local no hay un proyecto concreto que aproveche esta oportunidad que se abre para hacer realidad la revitalización del predio de 13 y 610, que no solo abarcaría el readecuamiento del mismo, sino también volver a hacer una planificación de la ciudad (ver aparte).
La Plata, junto con Rawson, son las únicas capitales provinciales de la Argentina que no poseen un aeropuerto en funcionamiento. En el caso de nuestra ciudad esto se agrava aún más teniendo en cuenta que es la capital de la provincia más importante del país y uno de los centros educativos por excelencia, lo que convierte a la situación, además de paradójica, en preocupante.
Sin visión a futuro
Expertos consultados por diario Hoy expresaron que la situación que se vive con el Aeropuerto platense se debe más que nada al déficit de un proyecto de capitalidad por parte de la dirigencia política.
La ausencia de un plan que comunique a la región con otras provincias y la falta de desarrollo de vías alternativas se explican por la carencia de un proyecto estratégico a futuro por parte del Municipio que piense a La Plata como una ciudad del siglo XXI que sea punto de enlace con el resto del país.
En diálogo con este medio, el arquitecto Alejandro Sago señaló que “como una aspiración con una meta de calidad de vida urbanística, La Plata se apartó del concepto de proyección a partir de la misma fundación. Básicamente se dibujó, en términos vulgares, el plano y cuando se concretó allí mismo concluyó toda aspiración de planificación urbana”.
Para el profesional, “es increíble que la capital de la Provincia de Buenos Aires no tenga un aeroparque consistente, ni siquiera para aerolíneas de bajo costo. Nadie se hace cargo de que la ciudad está en aumento y que debe ser planteado ese incremento. Estamos creciendo como ciudad a razón de 10.000 habitantes por año. Entonces, ¿qué se propusieron quienes nos gobiernan? Por el momento, nada”.
En ese sentido, el arquitecto sostuvo que “no tenemos mayor producción que la inteligencia. Es una paradoja que, siendo una localidad que produce profesionales, gracias a la Universidad y a los centros de investigación, a su vez sea la que menos inteligentemente ha crecido. El problema es estructural, hay una falta de inteligencia en una ciudad tan inteligente (sic)”.
“Falta claridad en los paradigmas de los funcionarios. Hay que resignificar la ciudad: ya no es la fundacional, pensada. La infraestructura ahora debe rendir socialmente para más personas. Un aeropuerto moderno serviría para reconectar a La Plata con todo el país, sería algo muy positivo para los platenses”, resaltó Sago.
Como puede observarse, el hecho de no contar con una terminal aeroportuaria adecuada a las necesidades de los nuevos tiempos le impide a La Plata crecer en su planificación urbana, atrasándose así su crecimiento. Esta falta de programación y proyección a nivel político al momento de pensar en la ciudad del mañana impacta con más fuerza sobre las futuras generaciones.
Un proyecto abarcativo
La reactivación del Aeropuerto de nuestra ciudad debería traer tras de sí todo un reacomodamiento de la infraestructura local para brindar un servicio acorde a los nuevos tiempos.
Una de esas tareas es el asfaltado que debería realizarse en buena parte de las calzadas lindantes al predio de 13 y 610, así como también el ensanchamiento que debería sufrir la avenida 7, desde calle 90 a 637, para así poder establecer un tránsito sin provocar caos vehicular en la zona.
A eso se le suma la reordenación del transporte público, con una mayor frecuencia de micros para llegar al lugar, así como también un servicio de taxis y remises que estén a la altura de las circunstancias. Además, se debería pensar la forma en unir la Autopista La Plata-Buenos Aires de manera directa para poder llegar en forma rápida y certera a dicho aeroparque sin la necesidad de tener que atravesar la ciudad en su conjunto.
Una oportunidad hasta ahora desaprovechada
Una de las primeras resoluciones del gobierno de Mauricio Macri en materia de transporte y comunicaciones fue la introducción en el mercado local de las denominadas líneas aéreas low cost, o de bajo costo, que ofrecen un servicio a los pasajeros con tarifas más baratas que las aerolíneas habituales, con el objetivo de fortalecer la competencia y abaratar los costos para los viajeros.
En marzo del año pasado partía del Aeroparque Jorge Newbery el primer vuelo de una de estas firmas, con destino a la ciudad de Mendoza, dando paso a un negocio muy grande que ha atraído al país a empresas de todo el mundo. Así, diversas terminales aéreas nacionales se han readecuado para poder sostener este tipo de vuelos y demandas populares.
El Aeropuerto de La Plata parece ir a contramano de esta situación ya que, al revés de lo sucedido en otros puntos de la Argentina, el predio localizado en 13 y 610 no ha tenido ninguna clase de arreglos y su resurgimiento todavía está frenado. Las palabras oficiales sobre su reactivación han sido muchas, pero hasta el momento las mismas no han pasado a la acción directa.
La estratégica localización del Aeropuerto platense, a solo 56 kilómetros de Capital Federal, con la capacidad para absorber los vuelos que sean dejados de lado por Ezeiza o Aeroparque, ponen a la terminal local en un estado de expectación muy grande en caso de recomponerse su actividad.
El cambio de paradigma político sigue sin instrumentarse en el Aeropuerto local y, más allá de los pedidos públicos de las empresas low cost por contar con un espacio físico para poder instrumentar su accionar en los alrededores del suelo porteño, donde La Plata jugaría un papel central, no se han ejecutado acciones tendientes a estimular su reapertura.
Desarrollo desperdiciado
Las instalaciones del Aeropuerto platense son utilizadas solamente para vuelos sanitarios por parte del gobierno provincial, para chárters que son aquellos vuelos que no se comercializan por los canales habituales de venta, así como también se usan sus dominios para escuelas de pilotos.
Al seguir paradas las obras en el lugar, la ciudad de La Plata pierde un montón de beneficios que traerían aparejados el poder contar con una terminal aeroportuaria de calidad. La principal sin dudas pasaría por la generación de nuevos puestos de trabajo de calidad en la zona, y los expertos estiman en más de 5.000 las fuentes laborales estables directas e indirectas que suscitaría un nuevo Aeropuerto.
Otro dato clave pasa por los frutos que esto ocasionaría, como por ejemplo un marcado desarrollo del turismo local que desde hace décadas se encuentra estancado en sus números. A esto se le agrega un desarrollo más importante de la actividad inmobiliaria y una mejora en la calidad urbanística de la región, que repuntaría a su vez en una mejor calidad de vida.
Así también esto redundaría en una modernización de la zona sur de la ciudad, garantizando a su vez la seguridad de los vecinos. Puede contarse que de tener un Aeropuerto de calidad esto contribuiría en el desarrollo tecnológico, el abaratamiento en los costos del traslado de la producción, en un mayor crecimiento de la industria y el comercio local atrayendo nuevas y mejores inversiones productivas.
Además, todo esto ayudaría al usuario, que podría viajar con pasajes más baratos a distintos puntos del país que pasarían a estar conectados desde el Aeroparque platense, así como también en ganancias para los pasajeros.
Las distintas alternativas a lo largo de la historia
A lo largo de los años, las iniciativas para promover la reactivación del Aeropuerto local han sido muchas, y las mismas han ido a parar en forma sistemática al cajón del olvido. Más allá de las promesas de las diferentes dirigencias políticas, las palabras nunca han dado paso a la acción.
Los memoriosos recuerdan cómo, en los años 90, se había garantizado la radicación de un Aeroparque en La Plata con todas las comodidades dignas del fin del milenio, que atraería empresas extranjeras para la inversión productiva que vendrían a la región seducidas por la posibilidad de tener un rápido y barato sistema que permitiera la salida al exterior de sus productos.
Ya en el año 2004 se diseñó otro esquema de lo que sería la nueva terminal aeroportuaria, que incluía una serie de comodidades para el disfrute de los platenses, tales como un shopping, cines y otros emprendimientos comerciales que servirían a los ciudadanos en sus tareas diarias.
En 2012 se trabajó, por otra parte, en la idea de edificar un aeropuerto internacional que albergara las necesidades de la capital bonaerense, y para ello se trazó un proyecto que planeaba una pista de 2.467 metros de longitud, más grande que la del Aeroparque Jorge Newbery, que iba a tener la capacidad de albergar la llegada de más de 5.000 pasajeros en forma diaria.
En junio del año pasado, el intendente platense, Julio Garro, lanzaba la idea de plantear un Aeropuerto que, además de ser un centro de carga, descarga y terminal de pasajeros, sirviera para realzar la faceta productiva y turística de la ciudad, captando para ello el interés de varias compañías aéreas de bajo costo.
Todos estos son proyectos de larga data, de los cuales ninguno ha sido ejecutado ni puesto en marcha, llevando a que miles de vecinos pierdan la esperanza de volver a contar con un aeropuerto acorde a lo que se merece La Plata como la capital de la provincia más importante del país.
Beneficios de contar con un Aeroparque propio
- Generación de nuevos puestos de trabajo
- Mayor conectividad con el resto de la Argentina
- Incremento en el desarrollo turístico local
- Ampliación del desarrollo inmobiliario
- Mejora en la calidad urbanística de la región
- Crecimiento de la industria y el comercio platense
- Atracción de inversiones productivas
- Ganancias para los pasajeros
- Descompresión de vuelos de Aeroparquey Ezeiza
- Abaratamiento de costos en el traslado de la producción local
- Modernización de la zona sur y seguridad para los vecinos
- Desarrollo tecnológico para la región en su conjunto