La Cámara Federal de Casación Penal anuló este jueves el procesamiento de la Cámara Federal porteña a la vicepresidenta por el uso irregular del avión presidencial para el traslado de muebles al sur del país y ordenó que se dicte un nuevo fallo.
La Cámara Federal de Casación Penal anuló ayer la resolución con la que se había confirmado un procesamiento contra la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, por el supuesto uso irregular del avión presidencial para el traslado de muebles hacia el sur del país y ordenó que se dicte un nuevo fallo.
La resolución anulada había sido emitida por la Cámara Federal porteña cuando decidió rechazar un planteo de la defensa de la exmandataria que reclamaba la nulidad de lo actuado por el juez fallecido Claudio Bonadio, debido a que el magistrado había obrado como denunciante al utilizar testimonios de la causa de los cuadernos (que, luego de la mediatización que tuvo, está “floja de papeles” en la Justicia) y luego como instructor de la causa.
El juez autor del fallo, emitido por la Sala 2 del tribunal de Casación, Alejandro Slokar, sostuvo que “las circunstancias reseñadas dan cuenta, por un lado, del fundado temor de parcialidad respecto del entonces magistrado actuante, tal como resolvió esta sala en su oportunidad, impedido desde siempre de haber intervenido en este expediente”.
Carlos Mahiques y Guillermo Yacobucci también suscribieron a lo escrito por Slokar. “Coincido con el primer ponente en que procede anular la resolución impugnada por arbitrariedad y en que el vicio que la origina finca en la omisión de tratamiento de una de las impugnaciones efectuados por la defensa en punto a la presunta afectación de la garantía de juez natural y de imparcialidad del juzgador”, dice el fallo.
La causa es conocida como “vuelos canillitas” y se desprende de la causa de los cuadernos que escribía Oscar Centeno, el chofer de Roberto Baratta, mano derecha de Julio De Vido. Se inició luego de que el juez Bonadio extrajera testimonios del expediente principal y resultara nuevamente elegido para intervenir en la causa luego del sorteo realizado por la Cámara Federal porteña.
El procesamiento de Bonadio
En el fallo que se conoció ayer, los jueces de Casación recordaron que en 2019 (con otra composición) se había apartado a Bonadio del expediente a instancias de un pedido del senador Oscar Parrilli, y señalaron que la jurisprudencia establece que un juez no puede intervenir en un caso concreto si fue su promotor.
En noviembre de 2019, los jueces de la Sala 1 Leopoldo Bruglia, Mariano Llorens y Pablo Bertuzzi habían confirmado de manera parcial el procesamiento que pesaba sobre la expresidenta por el uso de la flota presidencial: le dictaron la falta de mérito por haberla utilizado para transportar diarios e informes de prensa, pero le confirmaron el procesamiento por el supuesto traslado de muebles.
En el mismo fallo, aunque en este caso por mayoría y no por unanimidad, los jueces del tribunal de apelaciones decretaron la falta de mérito para el senador Parrilli.
Tanto la expresidenta como su exfuncionario habían sido procesados por Bonadio, acusados de haber cometido el delito de “peculado”, dado que el magistrado los responsabilizó por “haber usado y/o haber ordenado el uso de los aviones de la flota presidencial con el único fin de llevar diarios a Néstor Kirchner y/o a Cristina Fernández de Kirchner a las ciudades de El Calafate y/o Río Gallegos cuando cualquiera de ellos se encontraba en dichas ciudades”.
“Ello habría sucedido en forma regular entre los años 2003 y 2015, mientras Néstor Kirchner ejerciera la presidencia del país, y Cristina Fernández fuera senadora nacional o presidenta, en tanto que Oscar Parrilli era secretario general de la Presidencia, de la cual dependía la Casa Militar y la Agrupación Aérea Presidencial, y se realizaba en los aviones Tango 02, 03, 04 y/o Tango 10 y excepcionalmente en el avión denominado 5T20”, sostenía la acusación en su contra.
También habían sido acusados de “haber usado y/o el haber ordenado el uso del avión Tango 01 en varias oportunidades para transportar desde el exterior muebles, ropa de blanco u otro tipo de enseres cuyo destino final era alguno de los hoteles de la ciudad de El Calafate, propiedad de la familia Fernández-Kirchner”.