Argentina podría obtener el fármaco para la inmunización contra el coronavirus entre diciembre y la primera quincena de enero, aunque el precio aún no está fijado.
02/11/2020 - 22:50hs
El Presidente de la Nación, Alberto Fernández, confirmó a la agencia de noticias rusa Sputnik que desde el país euroasiático estarían en condiciones de darle a la Argentina “10 millones de cada una de las dos dosis (de la vacuna)”.
“Las podemos tener acá en diciembre y comenzar la vacunación. En los primeros días de enero podríamos tener, según me dicen, 15 millones de dosis más”, manifestó el Presidente.
El acceso a “Sputnik V” es clave para el Gobierno argentino, a fin de proteger en primer lugar a la población más vulnerable. “Eso para nosotros es muy importante, porque nos permitiría vacunar a los sectores que están en riesgo en Argentina”, indicó el mandatario, quien agregó que, gracias a las dosis que ofrece la Federación Rusa, “la mitad de la población argentina estaría vacunada”.
Vacunarse junto a todos
El propio Alberto Fernández confirmó que él mismo se inoculará el medicamento ruso contra el nuevo coronavirus cuando esté disponible para la población argentina, y al respecto indicó: “Tengo dos muestras que me mandaron de Rusia al comienzo de la discusión, pero no me parece justo que yo me vacune y otros argentinos no puedan vacunarse, más allá de que yo sé la responsabilidad que tengo”.
Fernández hizo hincapié en el hecho de no querer abusar del “privilegio de ser presidente”, “pero obviamente que si estuviera la vacuna rusa en diciembre acá, por supuesto que me la daría”. Además, confesó que otros laboratorios privados le han ofrecido la posibilidad de vacunarse de antemano, opción que rechazó por considerarlo injusto. En ese sentido, remarcó: “He de confesar que me han ofrecido vacunarme, pero, la verdad, no me parece justo, por eso no me vacuné”.
La logística de la compra
Sobre la adquisición, confirmó que Carla Vizzotti viajó a Moscú para concretar la compra de 25 millones de dosis de la vacuna y recalcó que, “a diferencia de otros que fabricaban vacunas, no teníamos en Argentina un interlocutor con el que pudiéramos hablar; entonces, personalmente combiné un viaje a Rusia de la viceministra de Salud, Carla Vizzotti, con Cecilia Nicolini, que es una asesora mía en mi condición de presidente”.
En ese marco, el acuerdo alcanzado con el país euroasiático se concretó tras el viaje que tuvo lugar entre el 17 y el 26 de octubre, luego de que el Gobierno argentino viniera conversando con el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF) “desde hace ya bastante tiempo, tratando de ver cómo evoluciona la vacuna rusa”.
Un país sin miedo y una Provincia presente
“Nos importa mucho tener la primera vacuna que salga en el mundo, que nos ayuden a tenerla en Argentina”, había acotado el jefe de Estado.
Por este motivo, el RDIF le propuso al Gobierno argentino la posibilidad de contar con una primera partida de dosis para el mes de diciembre, y la respuesta afirmativa fue inmediata.
Como integrante de la comitiva presidencial, también viajó una funcionaria del gobierno de la Provincia de Buenos Aires, Raquel Méndez, porque desde la gestión que conduce el gobernador Axel Kicillof “habían intentado algunos acercamientos ya previos con el Fondo Ruso, y allí fueron para ver el nivel de desarrollo que la vacuna tenía y la factibilidad de lograr ese objetivo”, añadió el Presidente de la Nación.
Resultados esperanzadores y un precio sin definir
Sobre los resultados, Fernández destacó: “Fueron muy buenos, porque el nivel de desarrollo de la vacuna es muy avanzado; por lo que nos dicen, están culminando la fase 3”. Además, reconoció tener “muy buenas expectativas” y estar “muy esperanzado” en relación a “Sputnik V”.
“Seguimos avanzando, y lo que hemos logrado es ponernos, como yo llamo, online: cada paso que se da en Rusia y en la Organización Mundial de la Salud (OMS) para verificar la calidad y la aprobación de la vacuna ahora se está dando en Argentina”, indicó.
Una vez que llegue la inmunización a la Argentina, se harán las presentaciones correspondientes ante las autoridades rusas, ante la OMS y ante la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat). Todo lo que resta es negociar el precio que se pagará por cada dosis.