Deuda, FMI y un salvavidas de plomo: es la bicicleta, no el ajuste

El Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció que las negociaciones por el “rescate” financiero a la Argentina se encuentran “bien avanzadas” y se despegó de los ajustes que el gobierno de Mauricio Macri anunció para reducir el déficit, tal lo demanda el organismo multilateral para otorgar su préstamo cercano a los US$20.000 millones.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció que las negociaciones por el “rescate” financiero a la Argentina se encuentran “bien avanzadas” y se despegó de los ajustes que el gobierno de Mauricio Macri anunció para reducir el déficit, tal lo demanda el organismo multilateral para otorgar su préstamo cercano a los US$20.000 millones.

El Fondo insiste en que su misión estará enfocada en “proteger a los más vulnerables y fortalecer la economía argentina”. Pero la realidad es que, tras la corrida cambiaria, la moneda nacional se devaluó en más del 34%, el Banco Central ha sacrificado US$10.000 de sus reservas, la tasa de interés se elevó al 40%, generando más recesión. Así, el remedio resulta peor que la enfermedad que se quiere ataca.

En plan austero, el Gobierno aprieta el acelerador del ajuste y unos 30.000 empleados públicos perderán sus puestos, la obra pública se recorta en $30.000 millones, con un impacto que ya se siente en la Provincia y se anticipan recortes en el Pami. En la misma línea, se revisarán los regímenes “especiales” que permiten jubilarse con menor edad o establecen haberes diferenciados. 

Ese desenfreno por el ajuste, tan declamatorio, resulta perverso si solo es para el pueblo. Mientras el Estado se amplió desde la llegada de Macri al poder en un 25%, con sus ministerios, secretarios, choferes. Insuficiente también, como no se ataque la bicicleta financiera, no se ponga un límite a la fuga de divisas, a la entrada y salida de capitales especulativos de corto plazo (los famosos golondrinas). O no se repare en la falta de dólares genuinos, mientras importamos más de lo que exportamos y hoy tenemos un déficit de más de 5 puntos del PBI.

Nada de eso propone el salvavidas de plomo del FMI. Sino, más deuda para atender, no la producción, sino las demandas de la bicicleta financiera. Y, por supuesto, la bomba de cualquier economía: inflación más recesión.