Documentos secretos revelan cómo Néstor Kirchner usó los fondos de Santa Cruz

Se trata de los 600 millones de dólares, provenientes de las regalías petrolíferas, que el expresidente decía haber salvado del corralito. Muchos de los manejos de esas cuentas fueron ordenados por Lázaro Báez, mano derecha del exmandatario

Nuevos documentos secretos salieron a la luz y dan cuenta de cómo Néstor Kirchner, durante su mandato como gobernador de Santa Cruz, usó los fondos de la provincia patagónica y los transfirió a bancos exrtranjeros, como Citibank, Morgan Stanley, Credit Suisse y UBS. Los movimientos registrados son, en general, de entre uno y dos millones de dólares. Muchos de ellos a empresas privadas de dueños desconocidos.

Una de las financieras, de la Argentina, operó parte de esos fondos con una cuenta a nombre de la provincia de Santa Cruz y del propio Néstor Kirchner. En este marco, nuevamente Lázaro Báez aparece en la escena de las irregularidades vividas durante el kirchnerismo: muchos de los manejos de esos fondos públicos fueron ordenados por el dueño de Austral Construcciones, hoy preso por lavado de dinero. Durante esos años, el presunto testaferro de Kirchner era gerente departamental adscripto interventor del Banco de la Provincia de Santa Cruz. 

En un discurso difundido por la televisión local el 13 de octubre de 1993, Kirchner informaba a todos los habitantes que ya estaban a “disposición de la provincia los bonos por 600 millones de dólares por los que hace tiempo venimos luchando. No son ya un espejismo. O aquella cosa inalcanzable de la que hablábamos. Ya están en casa”. En esas palabras, el entonces gobernador prometía que iba a administrar los fondos públicos con “prudencia” y “tino”, aunque nunca se supo a ciencia cierta el monto original de los fondos ni la forma en que se gastaron. 

Diez años después, durante las elecciones presidenciales de 2003, Kirchner hacía campaña remarcando su decisión de enviar al exterior los “fondos” de las regalías petroleras, al mismo tiempo que repetía hasta el cansancio: “Salvé a la provincia del corralito”. Pese a ello, nunca hubo información oficial sobre la presunta gesta económica. Por el contrario, el mismo expresidente se encargó de bloquear cualquier dato en el acceso a la información pública.

Cuentas sin nombres 

Los documentos muestran distintas transacciones bancarias. Por ejemplo, el 21 de marzo de 1995 Lázaro Báez, firmando por el Banco de Santa Cruz, introdujo en la trama de los fondos a la empresa Kega Holding Internacional Inc, de propietarios desconocidos. Ese mismo día, Báez y el entonces gerente departamental del Banco de Santa Cruz, Jorge Dominichetti, le informaron a esa compañía que podía disponer de inmediato, “irrevocablemente” e “incondicionalmente”, y también “con completa responsabilidad bancaria”, de “una suma de 17.200.000 de dólares” que saldrían de una cuenta de la provincia.

Es probable que ese documento fuera parte de una operación financiera aún más grande, que fijaba los millones de los fondos como garantía de esa maniobra, de la cual la provincia jamás informó. 

Además de ese escrito, hay decenas de páginas de diferentes entidades bancarias del exterior con el detalle del estado y los giros de los fondos de una cuenta del Banco de Santa Cruz, que esta entidad provincial tenía en el Citibank de Nueva York, que datan a julio de 1995. Allí, la entidad indica que durante el mes se habían realizado 23 operaciones financieras de cifras variables. 

El 17 de ese mes se debitaron 70.000 dólares. Un día después, se hicieron dos débitos distintos: uno por 71.229 dólares y otro por 18.284.19 dólares. El 18 de julio se acreditaron 1.500.000 dólares y, al otro día, se debitó la misma cantidad de dinero. Seis días después, se debitaron de la misma cuenta 1.486.765,58 dólares. Son los montos habituales en todos los giros, de todos los bancos.

La situación se vuelve aún más confusa e irregular si se considera que las cuentas a las que se transfieren esos fondos solo están identificadas con números y no con el nombre de sus titulares.