El drama de los argentinos que quedaron varados en el exterior

Denuncian el mal manejo realizado por la Cancillería para la vuelta de los argentinos que quedaron en distintos países. Los costos exorbitantes de los vuelos de repatriación. El relato de un estudiante de la UNLP.

Nicolás y Maite Irigoin son dos jóvenes hermanos originarios de Laprida. Estudiantes de la Universidad de La Plata, viajaron a Estados Unidos en diciembre del año pasado para hacer un intercambio cultural y trabajar durante la temporada de invierno.

Se alojaron en la localidad de West Dover, Estado de Vermont, donde realizaron tareas en un centro de esquí hasta mediados de marzo. Tenían un vuelo de regreso en American Airlines para el 1 de abril. Finalmente con la llegada de la pandemia y la restricción impuesta por la Argentina, esa empresa canceló el vuelo.

Consultado por el diario Hoy sobre su experiencia, Nicolás asegura: “Lo que cuenta el gobierno es todo falso, todo se ha hecho mal, todos los días llenábamos un formulario distinto, para la Cancillería, para la Embajada, y no hicieron absolutamente nada”.

“Estuvimos varados desde el 21 de marzo cuando nos cancelaron el vuelo de regreso a la Argentina, hasta que pudimos regresar el 14 de mayo, finalmente vía la empresa Latam”

“Se manejaron mal en todos los temas, no hicieron nada bien, con todos esos formularios, que tenían la fecha de los viajes, las enfermedades de cada uno, si tenía dificultades económicas, pero finalmente no coordinaron nada, no hubo ningún criterio para armar las listas”, denuncia el joven.

Además, contó: “Los vuelos de rescate en Aerolíneas son vendidos a 500 dólares, más un extra de 600 dólares en impuestos, cuando el de otra compañía salen entre 400 y 450”
“Las listas las hace Cancillería y luego se la manda a las empresas. No tenían ningún criterio aplicado, simplemente elegían a dedo quién iba y quién no, de forma arbitraria y para torcer eso había que conocer a alguien que pueda poner tu nombre ahí”, sostuvo.

Una vez llegados a Ezeiza, también hubo problemas para las vueltas a aquellos varados del interior del país.

“Para mí lo más grave era el estado en el que llevaban la gente a su casa”, puntualizó, para inmediatamente agregar: “Muchos compañeros estuvieron viajando 48 horas sin poder ir a un baño, apenas recibiendo una galleta y agua”.“Gente que era de Mendoza, que era llevada con otra de Tucumán y los hacían dar la vuelta por todos el país hasta llegar a su lugar” finalizó.