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La medida fue tomada luego de los dos festejos que terminaron en tragedia en el Ejército, ocurridos durante estos meses en Argentina.
20/07/2022 - 00:00hs
El gobierno nacional resolvió terminar con los “ritos de iniciación” o “bautismos de bienvenida” en el Ejército y las Fuerzas Armadas.
Así lo anunció el ministro de Defensa, Jorge Taiana, luego de que se produjeran, en un lapso de menos de un mes, dos trágicos episodios en sendos “festejos” militares, uno de los cuales derivó en una muerte y el otro, en graves lesiones con compromiso de vida del “homenajeado”.
Como se recordará, el subteniente Matías Chirino murió en Paso de los Libres, en la provincia de Corrientes, el 19 de junio, durante un “bautismo” del cual participaron varios oficiales superiores; tenía 22 años. Y hace pocos días, en Apóstoles, provincia de Misiones, el suboficial Michael Verón, de 26 años, sufrió tremendas heridas al ser arrojado a una pileta que casi no tenía agua, y debió ser internado en estado crítico. Se suponía que se estaba festejando su ascenso en el escalafón militar.
En una resolución, el ministro Taiana dispuso prohibir “la autorización y/o realización de festejos, ‘ritos y ceremonias de iniciación’, reuniones sociales o cualquier tipo de actividad cualquiera sea la denominación que se le otorgue”, así como el “ingreso, provisión y consumo de bebidas alcohólicas dentro de unidades y establecimientos de jurisdicción militar”.
El incumplimiento de estas disposiciones será considerado una “falla gravísima” (según lo dispuesto por el artículo 13 del Código de Disciplina que figura como anexo a la Ley 26.394 de Justicia Militar).
Taiana ya había anticipado que habría “sanciones y relevos” por los hechos ocurridos recientemente y que los festejos de iniciación en las Fuerzas Armadas “no van más”. Ahora, a través de la resolución 974/2022, formalizó lo que había anunciado.
Hace ya 28 años, en marzo 1994, un emblemático caso, el del conscripto Omar Carrasco, determinó el fin del servicio militar obligatorio en la Argentina. El joven soldado murió a pocos días de ingresar al Ejército, víctima de una golpiza durante un “baile”. El entonces presidente Carlos Menem derogó el servicio obligatorio en agosto de ese año. Desde entonces, es voluntario.