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Kicillof estuvo junto a sus funcionarios en Coronel Pringles.
Tras haberse derogado su utilización en el año 2020, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, anunció esta semana el regreso de dicho aparato a las fuerzas federales. En diálogo con diario Hoy, la exinterventora de la AFI Cristina Caamaño consideró que la decisión forma parte del “circo” del Ejecutivo y explicó los motivos de su eliminación anterior.
25/05/2024 - 00:00hs
Tal como informó diario Hoy en su edición anterior, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, anunció que se volverá a utilizar el detector de mentiras en las fuerzas policiales para profundizar la “transparencia, integridad y profesionalización”. En ese aspecto, se volvió a instalar en la opinión pública y la política un debate que ya había quedado saldado hace al menos tres años.
El anuncio en cuestión se realizó a través de un comunicado, donde el Ministerio de Seguridad explicó que se regresará a esa modalidad, luego de que, durante el gobierno de Alberto Fernández, se hubiera dejado de lado. “Polígrafos en las fuerzas: una herramienta importante para un mayor profesionalismo en la lucha contra el delito complejo”, expresó la cartera.
La utilización de los detectores de mentiras se da “en el marco del compromiso con la transparencia, la integridad y la profesionalización de las fuerzas”.
Los equipos estarán para ser usados en los grupos especializados de las cinco Fuerzas Policiales y de Seguridad Federales, o sea, la Policía Federal, la Gendarmería Nacional, la Prefectura Naval, la Policía de Seguridad Aeroportuaria y el Servicio Penitenciario Federal.
Los del SPF podrán utilizarlos “en su rol de custodia de los presos que forman parte del protocolo de gestión de alto riesgo”.
“Por primera vez en la historia de nuestro país habíamos incorporado su uso en el año 2018, pero en 2020 el Ministerio de Seguridad, a cargo de Sabina Frederic, los dejó sin efecto y prohibió su uso”, cuestionó el Ministerio que ahora encabeza la referente del PRO, Bullrich.
¿Cómo funciona este aparato?
El detector de mentiras, también conocido como polígrafo, es un dispositivo que mide diversas variables fisiológicas, como la presión sanguínea, la frecuencia cardíaca, la respiración y la conductividad de la piel, con el objetivo de detectar signos de estrés o nerviosismo en la persona que está siendo examinada. Estos signos fisiológicos suelen estar asociados con mentiras o con la ocultación de información.
El proceso de detección de mentiras comienza con una serie de preguntas de control, cuyas respuestas se conocen de antemano y están diseñadas para establecer un patrón de referencia en las respuestas fisiológicas del individuo. Posteriormente, se formulan las preguntas relevantes, que son aquellas sobre las que se busca obtener información veraz.
Durante la realización del examen, el polígrafo registra y analiza las respuestas fisiológicas del individuo a través de sensores colocados en su cuerpo. Estos datos son interpretados por un examinador entrenado, que determina si hay indicios de engaño en las respuestas del sujeto.
De aquí viene la duda de si es confiable o no el detector de mentiras, ya que dicho dispositivo ha sido objeto de controversia en cuanto a su efectividad y exactitud, pese a que se ha utilizado en distintos ámbitos históricamente.
Pero, para poder debatir esto, vale mencionar que uno de los principales argumentos en contra del polígrafo es que la detección de mentiras se basa en la interpretación de respuestas fisiológicas que pueden ser influenciadas por diversos factores, como el estrés, la ansiedad o incluso la simple incomodidad de ser sometido a un examen de este tipo.
Además, existen personas que pueden manipular sus respuestas o controlar sus reacciones fisiológicas para engañar al polígrafo.
“Parte del circo”
Quien habló al respecto con la prensa fue la exministra de Seguridad de la Nación Sabina Frederic, quien señaló: “No hay evidencia científica alguna sobre su validez como tal, no está probado que identifique a quienes mienten y menos a los mitómanos”.
Asimismo, agregó: “Ninguna de las policías que lo usan han probado ser profesionales. Ni la Policía de Honduras, ni la de México, por mencionar los ejemplos citados en la resolución, son, a la luz de las tasas de homicidios y delitos, mejores policías que las nuestras”.
“Desconfía y atenta contra todo el sistema de formación, capacitación, y el régimen disciplinario que construye y sostiene las relaciones de confianza en el seno de los cuerpos orientados a la persecución de delitos complejos y la prevención del delito”, enfatizó.
Del mismo modo, la exinterventora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Cristina Caamaño consideró que “el regreso del polígrafo puede ser por circo, no es un método científico”.
“Quiero ver si te agarran dos policías y te llenan de cables si no te vas a poner nerviosa y a transpirar y a decir cosas que no querés decir”, señaló. Asimismo, advirtió: “Tal vez este anuncio pueda ser también para hacer negocios, no lo descartaría”.
Lo cierto es que ahora habrá que ver los avances de las fuerzas de seguridad con esta medida y evaluar si su utilización genera un cambio significativo o si solamente es parte de un anuncio tribunero, como se planteó anteriormente.