Escenario negro por la fuga de depósitos en dólares

Desde la instalación del cepo al dólar, los depósitos en moneda extranjera en los bancos privados cayeron a un promedio de US$ 545,5 millones por mes. La relación con el déficit energético y la inflación.

Nada indica que el Gobierno nacional vaya a corregir el rumbo en materia de política cambiaria, situación que está haciendo que una gran nube negra se pose sobre la economía del país, poniendo en juego las reservas del Banco Central y la posibilidad de que el país obtenga financiamiento externo para impulsar el desarrollo económico. 

Los problemas están encadenados: la nefasta política energética desarrollada por el kirchnerismo generó una caída histórica de las reservas de gas y petróleo. El ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, en vez de impulsar la exploración y generación propia de energía, la importa desde el exterior. Para traer gas al país desde el extranjero se necesitan dólares, y el Gobierno lo hace cada vez más y lo paga cada vez más caro (este año costó US$ 2.500 millones y el año que viene se pagaran US$ 800 millones más). 

Entre otras cosas, por esta situación -debido a la desaceleración de la economía y la escasa generación de divisas- se impuso el cepo al dólar. Pero las restricciones aumentaron la desconfianza, y por lo tanto la fuga de dólares no cesó.

Los depósitos en moneda extranjera en los bancos privados perdieron  US$ 33 millones en la última semana de noviembre, hasta un acumulado de 7.091 millones desde octubre de 2011, cuando comenzó el cepo cambiario, lo que da un promedio de fuga de US$ 545,5 millones por mes.

Una economía encorsetada 

Según explicó a Hoy el economista y exsecretario de Finanzas de la Nación Raúl Cuello, “la demanda de dólares pega, en este caso, reduciendo los depósitos de entidades privadas que están calzadas con depósitos en el Banco Central, lo que significa que disminuye el nivel de reservas. Si Argentina tuviera oferta de dólares suficientes, esto no sería motivo de ninguna preocupación”.

Luego agregó: “La economía argentina está encorsetada por una serie de regulaciones que impiden el libre movimiento de los capitales, con el propósito de que quede un superávit de balanza comercial suficientemente importante, digamos de no menos de US$ 10 mil millones, para cubrir el desbalance energético, es decir, los gastos de divisas que hay que hacer para importar gas, porque el país no produce suficiente energía para abastecer la demanda del sistema”.

Rezando por la cosecha

De cara a 2013, Cuello destacó que la economía nacional pende de un hilo fino a causa de estas medidas, ya que, de seguir estimulando la desconfianza en la economía y la fuga de capitales, se corre el riesgo de que con una mala cosecha que genere menos entrada de divisas se complique mucho más la situación económica. 

“Cuando se producen estas caídas, lo único que uno tiene que pensar es en que Dios nos dé una mano, y el monto de las cosechas por volumen y por precios sea suficientemente alto como para producir el superávit que está buscando el Gobierno, porque movimiento de capitales de riesgo hacia Argentina, es decir, financiamiento externo, no hay”, sentenció el economista.

La generación de desconfianza

El país está en un momento más que complicado para conseguir financiamiento externo, ya que las medidas adoptadas no hacen otra cosa que generar desconfianza a nivel internacional. 

En ese sentido, el exsecretario de Finanzas de la Nación Raúl Cuello señaló algunos riesgos: “Es imposible alcanzar la competitividad y la productividad si no se tienen capitales y tecnologías para nuevos emprendimientos económicos. Los esfuerzos que está haciendo Galuccio en Inglaterra y en otros países en Europa para conseguir financiamiento para explotar el yacimiento de Vaca Muerta ponen de manifiesto que Argentina necesita urgentemente inversiones de riesgo para aumentar la oferta de bienes estratégicos. Ahora, aunque no hablemos de bienes estratégicos, se necesitan capitales para ampliar la infraestructura de caminos, de puertos, de ferrocarriles, aeronáutica... ¿De dónde se van a sacar esos recursos si no es del financiamiento externo?”.

“El control de cambios produce este tipo de cosas”

El economista Raúl Cuello no dudó en fijar la responsabilidad de la situación en las medidas restrictivas a la compra de dólares, efectuadas por la titular del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, y el jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray.

“Con una inflación que tiene como piso para el año que viene un 23% o 25%, la gente levanta sus mecanismos de autodefensa y el que tiene dólares trata de ponerlos en algún resguardo porque teme que en algún momento el Banco Central pueda establecer alguna limitación al retiro. O sea, el que se quemó con leche ve una vaca y llora, y no sería la primera vez que las autoridades intervienen en los movimientos comerciales y financieros para trabar la demanda de divisas”, aseguró.

“El control de cambios produce este tipo de cosas. No debería llamarnos la atención que exista esta demanda de dólares. Aunque el ajuste del tipo de cambio sea acelerado, la brecha con el mercado paralelo sigue siendo lo suficientemente alta como para pensar que la Argentina sigue perdiendo competitividad frente al resto del mundo. El ajuste de costos internos no tiene su correspondencia en la devaluación del dólar. El Gobierno ajusta el tipo de cambio oficial muy por debajo de la inflación, entonces la gente compra dólares para mantener el valor del dinero”, explicó Cuello.

Rattazzi: “Las trabas al comercio siempre han creado más pobreza”

El presidente de la Asociación de Fábricas de Autos (Adefa), Cristiano Rattazzi, aseveró que “las trabas al comercio siempre han creado más pobreza y ningún país cerrado alcanzó la prosperidad”.

Rattazzi, quien ayer participó en Rosario de un congreso sobre democracia en la sede de la Fundación Litoral, pidió que el país “se siga integrando al mundo debido a que en la actualidad reina un problema de competitividad que se siente, y mucho”.

El empresario criticó además los niveles de inflación al asegurar que “se trata de una problemática que nunca es neutral. Se podría decir que si todas las variables anduvieran a la misma velocidad, la inflación podría ser neutral, pero nunca es así, siempre hay alguna variable que queda atrasada y alguien que queda perjudicado”, puntualizó.

En tal sentido, aclaró que “a los países que les va mejor son los que no tienen inflación, pero no a los que falsean los números”.

Rattazzi, sin embargo, se mostró optimista con el rumbo de la economía en 2013, debido a que, a su juicio, “con la soja alta y Brasil en crecimiento, no hay con qué darle al país en materia de crecimiento”.

Sin embargo, observó que “no vamos a crecer a los niveles que se necesitan para que haya menos pobres, porque eso se logra siendo un país normal y serio”.

En su opinión, sería un “avance” que se alcance un pacto social en el país, aunque, para eso, “todos los participantes tendrían que estar sentados a la mesa y convencidos, algo que hoy no ocurre”.