Histórico: Bergoglio es el nuevo Papa
14/03/2013 - 06:01hs
Su formación teórica hizo que sean los líderes intelectuales del catolicismo durante cinco siglos. Por su fidelidad al Papa, fueron desterrados de Europa y las colonias americanas
En los campos más difíciles o de primera línea, en los cruces de ideologías y en las trincheras sociales, donde quiera que haya habido confrontaciones para la Iglesia, allí han estado y están los jesuitas, entre las exigencias del hombre y el mensaje cristiano". El Papa Pablo VI describió así, en 1975, la historia de esta orden religiosa que, tras ser expulsada por los poderes políticos europeos y reivindicada años más tarde por su misión evangelizadora, logró ayer que uno de sus pastores se hiciera con la suma del poder de la Iglesia Católica.
Actualmente posee 17.637 miembros, entre sacerdotes, estudiantes y hermanos, y es la mayor orden religiosa masculina del Vaticano. El estudio a fondo de idiomas y de disciplinas sagradas y profanas, antes o después de su ordenación sacerdotal, ha hecho de los miembros de la Compañía de Jesús, los líderes intelectuales del catolicismo durante casi cinco siglos. Su proceso de formación intelectual incluye estudios de Humanidades, Filosofía y Teología, y además realizan dos o tres años de docencia o "prácticas apostólicas" (período de magisterio) en colegios o en otros ámbitos. Su aporte a la pedagogía ha sido, de hecho, relevante y reconocido por áreas como las Ciencias de la Educación.
La orden fue fundada en 1540 por San Ignacio de Loyola, quien quiso que sus miembros estuviesen siempre preparados para ser enviados con la mayor celeridad, allí donde fueran requeridos por la misión de la Iglesia. Por eso los jesuitas profesan los tres votos normativos de la vida religiosa (obediencia, pobreza y castidad) y, además, un cuarto voto de obediencia al Papa.
Esto último trajo innumerables conflictos a sus miembros: los gobiernos de Europa del siglo XVIII se propusieron acabar con la Compañía de Jesús por su defensa incondicional del Papado, su actividad intelectual, su poder financiero y su influjo político. Las monarquías de Inglaterra, Francia, España y Portugal expulsaron a los jesuitas del Viejo Continente y de sus colonias americanas. Así mismo y más recientemente, los regímenes comunistas de Europa Oriental y de China limitaron ampliamente su actividad a partir de 1945.
Su incansable peregrinación acabó ayer, finalmente, en la Santa Sede. No por nada el primer Papa jesuita, Francisco I, dijo ante sus fieles: "Necesitaban un obispo en Roma, y lo fueron a buscar al fin del mundo".