Un nombre que evoca a santos de impronta humilde y misionera
Es el primer Papa en la historia en llamarse Francisco: homenajea con esta elección a religiosos canonizados que se destacan por su austeridad y labor evangelizadora
¿Con qué nombre le gustaría que se le llame? fue la pri-mera pregunta que se le hizo a Jorge Mario Bergoglio luego de ser elegido como el nuevo Papa. Francisco I fue la respuesta pronunciada ante el resto de los cardenales, bajo el histórico techo de la Capilla Sixtina.
El pontífice argentino ya tenía preparado de antemano el nombre seleccionado -pudo elegirlo él mismo con libertad- cargado de especial simbolismo. Si bien sus allegados estimaban que iba a elegir José (es muy devoto de ese santo) la decisión final fue otra.
San Francisco Javier
Francisco de Javier fue un relevante misionero jesuita, miembro del grupo precursor de la Compañía de Jesús y estrecho colaborador de su fundador, Ignacio de Loyola. Se destacó por sus misiones que se desarrollaron en el oriente asiático, y recibió el nombre de Apóstol de las Indias. Se convirtió a partir del siglo XVI en un ideal a seguir como misionero en tierra pagana.
Jorge Bergoglio fue ordenado sa-cerdote en 1969, desempeñándose como superior provincial de la orden de los jesuitas, por lo que es muy probable que la elección del nombre sea en honor a esta congregación.
San Francisco de Asís
"Cuando descubre el sentido y la profundidad de las Sagradas Escri-turas, San Francisco renuncia todo tipo de riquezas para vestirse de la dama pobreza. De ahí proviene la orden franciscana, con la idea de dedicarse a la humildad, la sencillez y a trabajar para el bien del pueblo" explicó al ser consultado por el diario Hoy el párroco José Zuleta, de la Iglesia San Francisco de Asís de nuestra ciudad. Este Santo también es una referencia a la elección del nombre, tanto por su humildad como por su trabajo en la evangelización. "Bergoglio llevó una vida de mucha humildad y mucha sencillez, y yo creo que eso lo ha tomado de San Francisco" opinó Zuleta.
Es que Bergoglio, caracterizado por mantener un bajo perfil, es conocido por su vida austera. Residía en un departamento sencillo en el edificio de la Curia, al lado de la Catedral Metropolitana. Solía usar en Roma un sobretodo negro para cubrir las vestiduras que delataban su alta jerarquía, y al ser proclamado cardenal no usó ropas nuevas, sino que mandó a arreglar las de su predecesor.
"El cardenal tenía esa actitud: iba a la villa, hablaba con la gente, viajaba en micro o en subte. Se lo va a extrañar en las calles de Buenos Aires" comentó el padre Zuleta, quién años atrás compartió una misa con el ahora Sumo Pontífice: "Tuve la oportunidad de conocerlo y realmente era un hombre de mucha paz, muy sencillo, de mucha oración y respeto. Ahora, verlo como nuestro santo padre, es una alegría muy grande" concluyó.
