¿La Gobernadora le teme a la gente que la votó?

En el marco del paro de 48 horas iniciado por los médicos, docentes, judiciales y trabajadores del Astillero Río Santiago se unieron en un reclamo: la reapertura de paritarias, salarios que estén por encima de la línea de la pobreza, insumos e infraestructura. 

Ni más ni menos que eso pidieron frente a la Gobernación, luego en el Ministerio de Economía y, finalmente, en el ministerio de Trabajo, adonde fueron en busca de respuestas y soluciones en medio de la crisis que los hermana.

Como siempre: chocaron con el desplante de la Gobernadora, que no solo mantiene aislado su despacho con rejas impenetrables, sino que también lo cerca con fuerzas de seguridad, mal pagas, pero obligadas a la represión, al enfrentamiento de pobres contra pobres. ¿A qué le teme?

“Queremos trabajar, que se nos reconozca lo que hacemos y se nos pague bien por eso”, quisieron decirle los trabajadores. Casi a la manera de los timbreos de campaña de Cambiemos, fueron a tocar las puertas de las autoridades provinciales, esperando ser recibidos y escuchados. Pero ni siquiera les recibieron un petitorio. 

¿Sabrá la Gobernadora lo que es tocar un timbre y no ser atendido?