La Iglesia advierte la creciente complicidad política y policial con los narcos

Política

03/07/2016 - 06:23hs

Según un informe de la Universidad Católica Argentina, 7 de cada 10 jóvenes afirman que los agentes “participan” del delito, mientras que cerca de un 30% apunta a la connivencia de los punteros

La escena ocurrió en un local de comidas rápidas de La Plata, a la hora del almuerzo. Un joven, de no más de 15 años, se paseaba entre las mesas con una pregunta cotidiana en las calles argentinas: “¿Me ayuda con una moneda?”. “Vení, sentate, almorzá conmigo”, invitó uno de los comensales, de voz agónica y calvicie cenicienta, y le dejó su lugar frente a la bandeja con media hamburguesa, un vaso de gaseosa y papas fritas.

Con los ojos fijos en la comida, el invitado agradeció con una sonrisa nerviosa y comenzó a apurar el combo. “¿Por qué andás en la calle?”, preguntó el abuelo, mientras el chico masticaba en silencio. “Escuchame”, inquirió, y se acercó al adolescente como para revelarle un secreto, “si alguna vez te ofrecen algo no te acerques. Corré, rápido. Si te quieren dar plata para que lleves algo no lo hagas. Todo lo que esté metido con la droga termina mal. Estudiá, leé, buscá una changuita y cuando seas grande acordate de este viejo que te habló”, dijo, ya de pie, mientras acariciaba la melena azabache del joven, que tomaba el último trago de coca.

Este cronista fue testigo de ese hecho que, aunque fortuito, ilustra parte de una sensación extendida a lo largo del país: las generaciones de mayores temen que “la droga”, como un mal, aceche en cualquier esquina a los más chicos, muchas veces presos de un entorno delimitado por líneas blancas y, en no pocas ocasiones, con la “complicidad política y policial”, según se desprende de un reciente informe sobre narcotráfico y adicciones del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA), la institución de la Iglesia que responde al Papa Francisco.

El estudio es una ampliación de otro presentado en marzo y está aún  en proceso de construcción. Se basa en una encuesta realizada en el último trimestre de 2015 a 660 jóvenes de 17 a 25 años residentes en villas y asentamientos del Conurbano bonaerense, los más vulnerables “frente al avance del narcotráfico y las drogas en los barrios, dado su particular contexto de exclusión social y la ausencia de un Estado protector”, detalla la UCA.

En este escenario, siete de cada diez encuestados (68,3%) señalaron la existencia de “complicidad policial” al afirmar que la policía conoce y/o participa en el tráfico de drogas en sus barrios. Tres de cada diez (27,5%) declararon que los punteros políticos “también participan en el negocio”. Otro 30% aseguró que en sus barrios se produce paco o pasta base.

Vulnerabilidad extrema

Al respecto, el director del ODSA, Agustín Salvia, le dijo a Hoy que “con los patrulleros se evidencia un vínculo entre los organizadores y vendedores narcos en los barrios. Se constituyen en recaudadores de una especie de impuesto paraestatal con el fin de poder tener áreas liberadas para la venta o producción de pasta base, por ejemplo”, denunció.

A su vez, el sociólogo aseveró que “los punteros políticos de esos barrios también operan como guardianes o protectores de quienes desarrollan el delito”.

Esta es, sin dudas, la peor cara de la herencia K, tanto más miserable si a ella se vinculan nombres como el del exjefe de Gabinete, Aníbal “La Morsa” Fernández (ver aparte).

¿Cómo combatir, entonces, un flagelo “legitimado” por estos vínculos espurios? Para Salvia, urge establecer “una política más activa, no asociada a las víctimas sino a las fuerzas políticas, de seguridad u organizadores de las bandas narcos.

 Al mismo tiempo, hay que tener en cuenta que una parte de esa población que se dedica a actividades ilegales -en tanto consumidores- está en situación de marginalidad y pobreza. Necesitan algo más que seguridad represiva: requieren políticas de promoción, desarrollo e inclusión, con oportunidades de empleo y actividades recreativas que prevengan el avance de estas actividades o desarmen las que existen. 

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