Procesados cuatro integrantes del grupo involucrado en la ejecución del atentado, la jueza y el fiscal trabajan ahora sobre pistas que podrían llevar a conexiones políticas.
La vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández, no cree que el atentado que sufrió el primer día de septiembre, cuando Fernando Sabag Montiel gatilló una pistola a pocos centímetros de su cara, haya sido organizado por el propio tirador fallido y las otras tres personas de su círculo que están procesadas en la causa judicial.
Así lo manifestó públicamente, y ahora también en el expediente, a través del pedido de investigación de pistas que sugieren conexiones políticas con quienes habrían instigado el ataque.
La jueza federal María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo trabajan, en efecto, sobre líneas sugeridas por los abogados querellantes que representan a la vice en esta instancia judicial. Lo hacen en absoluta reserva.
José Manuel Ubeira, uno de los abogados de la querella, había anticipado que, de confirmarse una sospecha sobre la que se trabaja, “estaremos ante un problema grave desde el punto de vista político”.
“Al principio era una hipótesis, pero ahora va tomando cuerpo”, comunicó el letrado. “Tenemos una idea de cómo esto se pudo haber pergeñado y esperemos que no se constate”, añadió.
Ubeira precisó que las conexiones apuntarían a “grupos de la derecha”.
Los celulares
Los funcionarios judiciales analizan los 50 gigabytes de información recuperados del celular de Sabag Montiel, que en un principio había resultado imposible de analizar porque se reseteó cuando intentaron peritarlo, pero del que se extrajo información almacenada en una tarjeta de memoria.
De todas maneras, no es el único teléfono móvil que utilizaba el autor material del intento de magnicidio. El día del atentado tenía otro, que se apagó hacia las 19 (poco antes del hecho) en la zona del barrio porteño de Abasto. Y la Dirección de Asistencia Judicial en Delitos Complejos y Crimen Organizado (Dajudeco) aportó datos que indican que tenía otro más, y que su novia Brenda Uliarte, también detenida y procesada en la causa, tenía dos.
Además de la pareja, están detenidos y procesados en el expediente judicial Agustina Díaz, amiga de Brenda, y Nicolás Carrizo, líder del grupo de los “Copitos” (vendedores de algodón de azúcar). Ambos están sindicados como cómplices del atentado contra la vida de la vice. Pero ella misma dijo, semanas atrás, que el círculo no puede limitarse a esas cuatro personas. “Nadie puede pensar que esa banda planificó o ideó la autoría intelectual de lo que me hicieron”, dijo Cristina Fernández de Kirchner.