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Vecinos de José Hernández están sin agua desde hace una semana.
Tras el ajuste que provocó la pérdida de 80.000 empleos en 2024, el Gobierno confirmó que la inversión en la obra pública seguirá suspendida.
04/02/2025 - 00:00hs
La administración libertaria confirmó que la obra pública continuará congelada en 2025, luego de alcanzar el “superávit financiero” con un ajuste del gasto que dejó a la inversión en infraestructura en el nivel más bajo desde 2003.
En esta línea, desde el oficialismo descartaron cualquier posibilidad de incrementar la inversión en obra pública, señalando que serán las provincias las responsables de financiar los proyectos. “Es una concepción de este Gobierno que, salvo contadas excepciones, las obras las tienen que hacer las provincias”, afirmaron desde Casa Rosada.
El ajuste en números
Según un informe de la consultora PxQ, la partida de gastos de capital cayó un 77% en 2024 y fue la más afectada dentro del ajuste a la obra pública, seguida por las transferencias a provincias, que se redujeron un 68%; otros gastos corrientes con una baja del 66%; y los subsidios económicos, que cayeron un 34%.
Asimismo, de acuerdo a los datos del Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (IERIC), el impacto del ajuste sobre el sector privado fue contundente. Para octubre de 2024, la cantidad de empleadores se redujo en un 9,2%, lo que representó la desaparición de alrededor de 4.000 empresas en un año. Asimismo, el Instituto Argentina Grande estimó una pérdida de 80.000 empleos en el sector.
Cabe destacar que el proyecto de Presupuesto 2025, preparado por el oficialismo, preveía nuevos recortes en las transferencias a provincias y municipios, y solo una recuperación mínima en la partida de gastos de capital. Sin embargo, desde el Ejecutivo indicaron que ese documento ya quedó desactualizado y que el rumbo económico seguirá centrado en mantener el superávit fiscal.
El sector privado
Por su parte, el presidente de la Confederación de Pymes Constructoras de la República Argentina, Gerardo Fernández, aseguró que 2024 fue “el peor año de la historia del sector”. “Las rutas están destrozadas, la infraestructura está saturada, alguien se va a tener que hacer cargo de esta situación”, advirtió Fernández.
En este contexto, los empresarios especulan con que los gobernadores puedan asumir la responsabilidad de continuar las obras. Sin embargo, sin financiamiento del Ejecutivo, las posibilidades de avanzar son más que limitadas.