Lo afirmó Martín Guzmán al participar de la reunión de ministros de finanzas y titulares de bancos centrales del Grupo de los 20
El ministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán, afirmó ayer que “las perspectivas pospandemia dependerán en buena medida de cómo los países lidien con el impacto del Covid-19”, al participar de la tercera reunión de ministros de finanzas y titulares de bancos centrales del Grupo de los 20 (G20) para coordinar acciones globales contra los efectos del coronavirus.
El titular del Palacio de Hacienda también señaló que se espera que el FMI “juegue un rol central en evaluar la capacidad de pago de países con deudas insostenibles”, y advirtió que “si los acreedores privados no reconocen los análisis de sostenibilidad de deuda del FMI, esto será equivalente a no respetar su estatus de acreedor preferencial”.
Durante su intervención en esta reunión virtual –acompañado por el titular del Banco Central (BCRA), Miguel Pesce–, Guzmán agregó que “la salud pública sigue siendo la prioridad número uno”.
El ministro destacó la importancia de las medidas adoptadas para proteger las “capacidades productivas, el saber hacer de las y los trabajadores y las empresas, y cuidar los ingresos de las familias”, y sostuvo que la Argentina seguirá por ese camino “para contener el aumento de la pobreza y la indigencia”.
Asimismo, advirtió que, como consecuencia de la crisis de la Covid-19, “muchos países deberán crear el espacio fiscal necesario para implementar políticas de recuperación económica” en la salida de la pandemia.
Durante el encuentro, la mayoría de los participantes destacó la importancia de tomar acciones coordinadas para salir de la crisis y la prioridad de proteger a los sectores más afectados y a los más vulnerables; y que los países se encuentran en diferentes fases de la crisis y con respuestas acordes al momento que están transitando.
Además, se discutió la importancia de la iniciativa del G20 para suspender los servicios de deuda de los países de bajos ingresos, y se resaltó la necesidad de monitorear las crecientes vulnerabilidades de deuda globalmente y trabajar en mecanismos para una resolución coordinada, al tiempo que se instó a participar a los acreedores privados.