Sin recursos ni futuro, crece el éxodo científico
Más del 50% de los investigadores evalúa dejar el sistema de ciencia y tecnología. Los recortes ya impactan en salarios, becas y laboratorios.
El jefe de Estado evitó el acto oficial en Rosario y eligió llevar la celebración al Campo de Polo, con fuerte protagonismo de las Fuerzas Armadas.
21/06/2025 - 00:00hs
En el Día de la Bandera, Javier Milei eligió evitar nuevamente Rosario, ciudad histórica para la conmemoración del fallecimiento de Manuel Belgrano, y organizó su propio acto en el Campo Argentino de Polo, en la Ciudad de Buenos Aires. Acompañado por parte del Gabinete y los altos mandos militares, el Presidente se dirigió a los cadetes de las Fuerzas Armadas con un discurso breve pero cargado de símbolos e intenciones.
“Jurar la Bandera no es una mera formalidad, es un compromiso tan grande como su propia vida, la cual deberán dejar si la Patria lo demanda”, dijo Milei, en una arenga que despertó preocupación en sectores que ven con inquietud la exaltación militarista en un contexto democrático. La ceremonia fue pensada como una reafirmación del vínculo entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas, aunque no faltaron las críticas hacia la dirigencia política de las últimas décadas.
Críticas a la política
Durante su exposición, el mandatario señaló que “la política utilizó a las Fuerzas Armadas como un chivo expiatorio para justificar la reducción del gasto en defensa”. En esa línea, sostuvo que mientras se hablaba de soberanía, “se agrandaba el Estado con un fin en sí mismo, en lugar de asegurar la prosperidad del pueblo”.
Las palabras del Presidente marcaron nuevamente su mirada crítica hacia el Estado como estructura, aunque no dio precisiones sobre cómo se articula esa desconfianza con el incremento de responsabilidades asignadas a los militares. Tampoco explicó si su apelación a dejar la vida por la Patria implica cambios concretos en la doctrina de defensa o si se trata, una vez más, de un gesto discursivo sin correlato institucional.
El discurso, de poco más de cinco minutos, hizo eje en la necesidad de “estar preparados” frente a nuevas amenazas que “no se circunscriben exclusivamente al campo de batalla”. Aunque no explicitó a qué amenazas se refería, su mención a desafíos “físicos y mentales” dejó abierta la puerta a diversas interpretaciones.
Un acto lejos de Rosario
Como cada 20 de junio, el Monumento a la Bandera en Rosario fue escenario del acto principal por el Día de la Bandera, aunque este año sin la presencia del jefe de Estado. Desde la Municipalidad informaron que la invitación fue cursada, pero Milei alegó “problemas de agenda”. En un contexto electoral sensible para Santa Fe, la provincia vota a fin de mes en elecciones legislativas e intendencias, su ausencia generó malestar, especulaciones y una fuerte incomodidad entre dirigentes locales de distintos espacios.
De esta manera, lejos de Belgrano y de la Bandera que dice honrar, el líder libertario optó por construir su propio rito en el barrio de Palermo, con tono militarizado y discursos encendidos. La decisión de no estar presente en la ciudad de Rosario parece más un gesto político deliberado que un simple problema de agenda.
En tiempos de ajustes, conflictividad social y descontento creciente, su exaltación del sacrificio militar contrasta con las demandas civiles más urgentes de la sociedad.