Manifestantes y organizaciones políticas exigen que se cumpla la disposición judicial que habilitó el paso por ese sendero hacia Lago Escondido, y que luego fue apelada por la empresa Hidden Lake y el gobierno provincial de Río Negro
Los participantes de la séptima Marcha por la Soberanía intentaron el domingo llegar hasta el Lago Escondido por el camino de Tacuifí, pero no pudieron al toparse con un portón de hierro y alrededor de treinta peones allegados a la empresa controlada por Lewis, que exhibían rebenques y gomeras a modo de intimidación.
Por tal motivo, las organizaciones gremiales y sociales que participaron de la marcha junto a militantes de centrales sindicales y agrupaciones políticas se manifestaron ayer frente a la sede de los tribunales de Bariloche para reclamar a la Justicia la garantía del libre tránsito del camino de Tacuifí, la principal vía de acceso al espejo de agua.
En la concentración participaron miembros de CTA de los Trabajadores, CTA Autónoma, del gremio ATE, de Somos-Barrios de Pie, Libres del Sur y del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), junto a integrantes de la Fundación Interactiva para la Cultura del Agua (Fipca), una de las entidades que comenzaron a realizar las marchas al Lago Escondido a partir del año 2017.
De esta manera, los manifestantes reclamaron que la Justicia cumpla con la disposición de la Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial, de Familia y Minería y Contencioso Administrativa de Bariloche, que en septiembre pasado ordenó que se abriera el paso por el camino de Tacuifí para facilitar la llegada al Lago Escondido.
Sin embargo, esta decisión fue apelada por la empresa Hidden Lake, de propiedad del magnate inglés Joe Lewis, y también por el gobierno provincial de Río Negro, mientras que en los hechos el sendero de Tacuifí está bloqueado por la instalación de un grueso portón de hierro, con candados y cadenas, que en los últimos días es además vigilado por peones rurales montados a caballo.
En la protesta frente a la sede de los tribunales de Bariloche, sobre la calle Juramento, se encontraba Julio Urien, coordinador de Fipca y teniente de fragata de la Armada, de la que fue expulsado por sublevarse en apoyo al regreso de Perón en 1972, aunque Néstor Kirchner le restituyó el grado muchos años después.
Por su parte, María Inés “Lua” Hernández, representante de Unter, expresó ante los presentes: “La soberanía la defendemos poniendo el cuerpo en las calles. Le avisamos a Lewis, y a cualquiera que quiera poner un cónclave en nuestras tierras, que vamos a tener todos los sectores populares para defender nuestros recursos. Los sectores populares estamos acá, y se lo decimos acá, y se lo vamos a decir en Lago Escondido. Queremos que se vaya, la naturaleza es nuestra. Es momento de que los que gobiernan se pongan del lado de los sectores populares y expulsen a aquellos que se apropian de nuestros bienes”.